Con tres estatuillas, mejor actor, mejor banda sonora y mejor fotografía, The Brutalist ha sido una de las películas más galardonadas en la 97ª edición de los Premios Óscar 2025 que tuvo lugar el pasado 2 de marzo. Sin embargo, estos premios no han evitado un intenso debate por el polémico uso de la Inteligencia Artificial (en adelante IA) en ciertas imágenes y en los diálogos escritos en húngaro en algunas escenas. Polémica que alcanzó al protagonista, Adrien Brody, del que se llegó a dudar de si merecía el premio. El actor alegó que utilizó la IA para afinar y perfeccionar un acento que, aseguró, había trabajado durante meses con una entrenadora dialectal.
En los 214 minutos que dura la película, Adrien Brody se mete en el papel de László Tóth, un inmigrante húngaro y judío superviviente de un campo de concentración que trata de recuperar la vida que tenía como arquitecto antes de que comenzara la Segunda Guerra Mundial. Con esta meta, se refugia en los brazos del prometedor sueño americano.
En busca del sueño americano
“Nadie es tan esclavo como aquel que se cree libre sin serlo”, la imponente frase de Goethe da pie al sinfín de rumbos que toma la historia y define metafóricamente la situación en la que se encuentra Tóth al llegar a Estados Unidos. Mientras intenta labrarse un camino desde lo más bajo, vive en primera persona el rechazo que supone para muchos ser un inmigrante sin recursos.
En un golpe de suerte, un snob estadounidense se encapricha con el deleite intelectual y arquitectónico de Tóth y le ofrece trabajo. Una salida que sin embargo, será el detonante de la locura del arquitecto, que sacará a la luz su oscuro egocentrismo. Enfrentándose a las miradas por encima del hombro y al muro intangible que proyecta su voz cuando se compara con las altas clases de la sociedad, será un esclavo sujeto a sus propios principios, a sus adicciones y a las cambiantes promesas de su mecenas.
La fuerza de la imagen
Con tan solo 34 días de rodaje y un presupuesto de hasta 9 millones de dólares, una cifra inferior a la habitual en Hollywood, Corbet logra ponerse a la altura del propio protagonista de su película al emplear una técnica de grabación tan barata que le evita depender financieramente de otras empresas.
La originalidad de esta película reside más en el plano audiovisual que en la historia en sí ya que ofrece una cuidada escenografía, caracterizada por recuperar la tecnología Vistavision empleada ya por Hitchcock y dotar así a la fotografía aires de los años 50 mediante un etalonaje mate. La banda sonora ensalza la fuerza épica de cada imagen.
A pesar de tener por título The Brutalist, en alusión a la corriente arquitectónica conocida como brutalismo y caracterizada por el uso del hormigón crudo en sus geométricos y grandiosos edificios, no es el tema principal de la película. Tóth recalca en una breve charla la grandiosidad de estas edificaciones y su longevidad a pesar de las guerras.
La película tiene una estructura compacta como el hormigón. La monumental ramificación de cada trama puede resultar desconcertante, y las lentas acciones de los personajes hacen que esta cantidad de tramas puedan resultar irritantes, sin embargo, esas pausas son necesarias para adentrarnos en esta historia ya que le dan un toque de realidad.
FICHA TÉCNICA
Título: The Brutalist
Dirección: Brady Corbet
Reparto: Adrien Brody, Felicity Jones, Guy Pearce, Joe Alwyn, Raffey Cassidy, Alessandro Nivola
Música: Daniel Blumberg
Fotografía: Lol Crawley
Duración: 214 minutos
Año: 2024
País de producción: Estados Unidos
Exhibición: 1 de septiembre de 2024 (Venecia) / 24 de enero de 2025 (España)
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Autora: Violeta Gutiérrez Sánchez
Coordinadora: Ana Mancho
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