Autora: Lucía Ruesca Cucalón
Y, entonces, San Jorge mató al dragón y de su sangre nació una rosa… O un clavel. El día 23 de abril se conmemora el Día de Aragón, el Día de San Jorge y, por supuesto, el Día del Libro. Estos dos últimos están relacionados. Según marca la tradición, en este día el regalo por excelencia ya sea a un amigo, a un familiar, a tu pareja o a ti mismo, consta de una flor y un libro. Así pues, este año muchos han vuelto a salir a las calles de Zaragoza en busca y captura de sus libros más deseados.
Desde el principio de la mañana, casi noventa puestos de distintas editoriales y librerías tanto zaragozanas como del resto de España esperaban a los lectores de nuevo en el centro de la ciudad, en Paseo Independencia. Tras una edición atípica que se trasladó el año pasado al Parque Grande José Antonio Labordeta para poder controlar el aforo, la festividad volvía a su hogar usual.
El abanico de edades demostraba lo viva que sigue la lectura. Desde personas mayores a niños y niñas e incluso bebés que observaban todo desde sus carritos, pasando por jóvenes y adultos. De la misma forma, no podemos hablar de un solo “tipo de lector”. Había tanta gente que ama la lectura como libros y géneros se exponían. Eso sí, en todas aquellas personas había un componente común, una bolsa con algún ejemplar y una flor natural, artificial o de papel.
Al ser la primera vez de algunos, por ejemplo, de Ediciones Versátil, estos se han intentado adaptar a la marea, pero los aragoneses seguían pidiendo sus tradicionales claveles rojos y amarillos. “Hemos regalado collares, libretas, bolsas… Pero la gente nos pregunta que si tenemos claveles. Así que ya sabemos para la próxima vez”, nos decía la responsable de su puesto.
Pese a ser un día lluvioso, las gotas no impidieron el paseo, para muchos anual, revisando las mesas llenas en busca de su próxima lectura o un nuevo mundo en el que sumergirse durante un rato. Llegar con el pelo y la ropa mojados a casa merece la pena si es por esto mismo.
Uno de los puntos fuertes de la jornada siempre es el encuentro entre escritores y lectores. La posibilidad de conocerse, que los autores puedan firmar sus obras y de sacarse una foto es algo que atrae a todos. No hay nada como el brillo en los ojos de una persona hablando sobre algo que le apasiona como puede ser una historia. Si a eso le sumamos el hacerlo con la persona que la ha creado a ella y a sus personajes, se convierte en un sueño hecho realidad.
Los escritores y las escritoras que firmaron bajo el sol y bajo la lluvia abarcaban también todos los géneros. Desde la literatura infantil y juvenil con Begoña Oro y Fernando Lalana o los thrillers con María Frisa hasta los volúmenes recopilatorios de historias con José Luis Melero y Lecturas y Pasiones. También estuvieron a lo largo del día África Vázquez, Juan Bolea y Rosario Raro.
Mirando por encima de las mesas, algunas de las tendencias de los jóvenes quedan claras. La literatura juvenil, sobre todo la romántica, está ganando terreno frente a otros géneros. Entre los libros más vendidos, están la saga Crave de Tracy Wolff que estrenó recientemente su cuarta entrega o los libros que surgieron de Wattpad. Del mismo modo, una de las autoras más aclamadas es Alice Kellen que sigue conquistando corazones desde sus primeros libros como Llévame a cualquier lugar hasta los más recientes como El mapa de los anhelos.
Después de dos años distintos, con la normativa COVID recién actualizada y la posibilidad de ir sin mascarillas, parece que las antiguas tradiciones todavía tienen cabida. Así, a las 21:30h del pasado sábado, los distintos puestos comenzaban a cerrar cajas con los relatos que les quedaban tras un día de compras, alegría y una pasión compartida: los libros.
Con tres nuevos libros en la estantería solo me queda decir que, desde luego, el día de San Jorge es único. La capital aragonesa se llena de una magia especial. Como si las historias que leemos estuvieran un poco más cerca de nosotros, como si se perdieran entre el limbo que separa la realidad y la ficción.
Editoras: Alexia Pavón y Tamara Morte