El superhéroe adolescente Billy Batson vuelve a la pantalla grande para enfrentarse a tres diosas dispuestas a arrebatarle sus poderes. Zachary Levi se enfunda una vez más el traje de Shazam, esta vez con Helen Mirren en el papel de villana.
La nueva producción de DC enfrasca al espectador en la historia de Shazam cuatro años después del estreno de la primera película (¡Shazam!, 2019). En ella se contaba la historia de un niño de catorce años que es huérfano, Billy Batson, a quien un mago le infundió los poderes de los antiguos dioses griegos: la sabiduría de Salomón, la fuerza de Hércules, la resistencia de Atlas, el poder de Zeus, el valor de Aquiles y la velocidad de Mercurio. Al gritar la palabra “Shazam” se transforma en un adulto con esos poderes. Después de encontrar una familia de acogida de verdad, Billy decidió compartir sus poderes con sus nuevos hermanos para vencer al villano.
Al comienzo de esta nueva entrega, los años también han pasado en la ficción. Los actores niños son más mayores y la película, lejos de obviar el cambio físico, lo introduce en el argumento. Billy pronto cumplirá dieciocho años y tendrá que dejar la casa de acogida, pero no quiere perder a su familia. A eso se le añade que aún está asimilando la responsabilidad que supone ser un héroe, un cliché en este tipo de secuelas.
El resto de la familia Shazam sigue yendo al instituto y Mary (Grace Caroline Currey), que rechazó su sueño de ir a la universidad, compagina ser una superheroína con ayudar a pagar las facturas. Después de una primera secuencia de acción en la que la Shazam family intenta salvar, sin éxito, el derrumbamiento de un puente a ritmo de `I need a hero´, la trama comienza a avanzar en el instituto. Allí, Fredy (Jack Dylan Grazer) sigue siendo maltratado, pero conoce a una chica nueva, Anthea (Rachel Zegler, West Side Story) y se enamoran. Otro cliché.
Anthea traiciona a Fredy, que lo atrae para presentárselo a sus hermanas: Hespera (Helen Mirrer) y Kalypso (Lucy Liu, Elementary); y arrebatarle sus poderes. Ellas son las hijas de Atlas, que buscan recuperar los poderes que el mago Shazam (Dijimon Hounsou) le quitó a su padre y hacer resurgir el esplendor del hogar de los dioses. Tienen un propósito claro, pero los planes cambian cuando a Kalypso no le basta con recuperar lo perdido, sino que quiere venganza.
¡Shazam! La furia de los dioses tiene corazón, humor y acción. Pero carece de frescura y magia, uno de los éxitos de la primera entrega. Los trajes de los superhéroes han experimentado una gran mejora y toda la familia Shazam tiene más protagonismo en este filme. El sentimiento de familia es el tronco central de la historia. Y, aunque tiene momentos más épicos que su predecesora, el humor no funciona tan bien y la mayoría de los chistes no resultan naturales.
Zachary Levi retoma su papel como Shazam en el mismo punto en el que lo dejó, con una carismática interpretación. Sin embargo, se hace notable una falta de relación entre el comportamiento del Billy Batson niño (Asher Angel) con el Billy/Shazam adulto (Levi). Parece que sean dos personas distintas, como si el adolescente tuviera un comportamiento más adulto que cuando se transforma. Por otro lado, Jack Dylan Grazer aporta su naturalidad en cada escena y eclipsa a Angel. Entre las villanas no sobresale ninguna, ni siquiera Helen Mirren, aunque se nota que se lo pasa muy bien. Un ejemplo de ello es la escena en la que su personaje y el de Shazam tienen una conversación en la terraza de un restaurante
Hay una batalla donde se enfrentan únicamente Shazam y Kalypso, cosa que se agradece. El superhéroe comprende que tiene que sacrificarse para salvar la ciudad y el mundo. Este es el único momento de la película en que el espectador puede llegar a sorprenderse.
Ese final es una buena justificación para la aparición del gran cameo, el cual no es un secreto cuando el propio estudio lo ha promocionado. Durante toda la película se menciona que Wonder Woman podría ayudar a la Shazam family, incluso aparece en lo que es una broma de mal gusto que recuerda al cameo con la cabeza cortada de Superman en ¡Shazam!. Esto queda como anécdota, ya que al final Gal Gadot aparece para revivir a Shazam.
A pesar de ser una película inferior en la mayoría de los aspectos respecto a la primera, no deja de ser entretenida y disfrutable. Su director, David F. Sandberg, se esfuerza en traer un producto con corazón, pero que no termina de funcionar. Puedes llegar a pasártelo bien viéndola, pero deja una sensación de vacío al final, ocasionada por la reestructuración en la que está inmersa DC y las dos escenas post-créditos que no llevan a nada.
FICHA TÉCNICA
Título: ¡Shazam! La furia de los dioses
Dirección: David F. Sandberg
Actores principales: Zachary Levi, Asher Angel, Jack Dylan Grazer, Helen Mirren, Lucy Liu, Rachel Zegler, Adam Brody, Ross Butler, D.J. Cotrona, Grace Caroline Currey, Meagan Good, Djimon Hounsou, Faithe Herman, Ian Chen, Jovan Armand, Marta Milans, Cooper Andrews
Duración: 130 minutos
Exhibición: cines
País de producción: Estados Unidos
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Autora: Lucía Sáez Gonzalvo @lusagon_ [Twitter] @lusagon [Letterboxd]
Editora: Ingrid Monreal Farré
Redactora jefa: Alexia Pavón
Coordinador: Víctor Lope Salvador