El amor por el arte hace la unión de la comunidad
Existe un lugar en el mundo en el que se genera una conexión entre personas sin importar sus orígenes, raza, credo, posición social o ideología política. Un espacio seguro donde disfrutar del arte y encontrar tranquilidad en medio de la vorágine, saliendo de la abrumadora rutina en la que el ser humano tiende a sumirse. Este lugar está en La Habana, tiene por nombre “Soñar Contigo – Rasmia” y ha sido declarado como punto piloto de Ciudades MIL por el Dr. Paul Héctor, representante del Caribe de la UNESCO, y por el Dr. Felipe Chibas Ortiz, colíder internacional del Grupo de Innovación UNESCO Mil Alliance.
En 2018 la UNESCO lanzó una nueva perspectiva con el objetivo de presentarse como una evolución de los modelos de ciudades inteligentes: Ciudades MIL (MIL Cities, Media and Information Leteracy Cities). Estas Ciudades MIL, traído al castellano como Ciudades AMI (Alfabetización Mediática), emplean las nuevas tecnologías y la innovación de manera ética, fomentando la inclusión de los grupos vulnerables y defendiendo la participación activa de la población en la toma de decisiones. De esta manera, sumando la implicación de las autoridades y órganos de seguridad, se consigue enseñar pensamiento crítico de una nueva realidad.
Sra. Audray Azoulay, Directora General de UNESCO y Felipe Chibas Ortiz, colíder internacional del grupo UNESCO MIL Alliance.
Así lo defiende Chibas Ortiz, resaltando que “la alfabetización no se debe quedar en las escuelas, sino que debemos enseñar a todo el mundo porque la capacitación es fundamental en esta realidad híbrida.Las tecnologías están para hacernos más humanos; mejores personas”. Ante esta situación, es de vital importancia que las minorías se encuentren incluidas y tomen un papel relevante en la gestión de las ciudades. Sin embargo, se plantean tres grandes desafíos: la conectividad, la implicación ciudadana y la integración de las plataformas en la realidad física. Para afrontarlos, resulta imprescindible una educación que vaya más allá de las escuelas y universidades, que integre a toda la población y se adapte a sus necesidades. Con esta combinación,las personas aprenderán a diferenciar la información falsa de la real, independientemente de su edad, estatus o raza.
En un panorama donde la infodemia es un problema real y presente en la vida diaria, es necesaria una alfabetización mediática e informacional para combatirla. Este término fue acuñado por la OMS en pleno auge de la crisis sanitaria provocada por la Covid-19 y hace referencia a la sobrecarga de información sobre un tema. “Esta infodemia no se acabó tras la pandemia, continúa y permea en las elecciones y productos culturales. Estamos en un mundo nuevo e híbrido donde todo tiene consecuencias y la ciudadanía debe tener las herramientas para combatirla”, sentencia Chibas bajo un tono firme y contundente.
El año 2020 nos cambió la forma de vivir, trabajar y, por supuesto, de relacionarnos. Este último aspecto se vio muy reflejado especialmente en personas de la tercera edad. No obstante, los investigadores que hay detrás de “Sueña Contigo – Rasmia” vieron en esta dificultad una oportunidad para cambiar el mundo, y así es como nació la iniciativa cubana que aúna a jóvenes y mayores.
Jesús Molina, director del proyecto, habla con orgullo sobre el punto de encuentro que supone esta iniciativa, permitiendo un intercambio de experiencias, conocimiento y creatividad entre sus participantes y teniendo como resultado una rica diversidad. Sus objetivos siempre han estado claros: “fomentar la conexión entre las personas de diferentes generaciones, crear vínculos significativos y un bienestar comunitario; que la comunidad encuentre un espacio de calma donde disfrutar de la compañía y el arte”. A su amplio plan de actividades se van a sumar la proyección de filmes y documentales que ahonden la cultura cubana y en sus raíces.
Este espacio consta de una zona de cafetería donde confluyen diferentes artistas de diversas edades y pueden disfrutar de sus obras, esculturas y representaciones expuestas. Además, también se llevan a cabo talleres y charlas que fomenten la cultura. De esta manera, uno de los principales objetivos es que la ciudadanía ponga en valor el patrimonio de su ciudad, atrayendo a nuevos visitantes como, por ejemplo, a los maños y mañas. RASMIA, una palabra tan aragonesa ha “cruzado el charco” para convertirse en el emblema de este proyecto porque, cuando la descubrieron gracias a una visita de la Dra. Carmen Marta – Lazo y del Dr. José Antonio Gabelas, consideraron que no había nombre que encerrara mejor el significado de esta iniciativa. Por ello, para Jesús Molina, “rasmia, arte y encuentro son las palabras que identifican lo que somos”.
Felipe Chibas, Jesús Molina, Yuli, Carmen Marta-Lazo y José Antonio Gabelas con artistas participantes en el proyecto.
A pesar de que la función social de este proyecto piloto tenga un valor incalculable, lo cierto es que supone una lucha diaria contra numerosas dificultades. La principal de ellas son la falta de recursos financieros.Esto se debe al encarecimiento de los productos, tanto para proveerlos en los cafés, como en los talleres, charlas o encuentros cinematográficos. “Realmente son cosas muy caras y, económicamente, se nos va de las manos”, afirma Molina. A este desafío se le suma la participación comunitaria, pues “hay que lograr que la comunidad se sienta identificada en y con el espacio, hacerles ver que el sitio es para ellos”. Presentes en todo el trabajo están la solidaridad, el respeto y la tolerancia. Yuli, colíder del proyecto, recalca lo importante que es “la solidaridad con la comunidad, que la gente encuentre en el café un lugar de respeto, sin importar sus diferencias”.
Un proyecto que tiene por bandera valores humanos fundamentales, cuyo objetivo es mejorar la sociedad en la que vivimos y que, en cierto modo, muestra que el arte a través de sus diversas representaciones es capaz de cambiar el mundo. Eso es “Sueña Contigo – Rasmia”. Lo increíble de todo esto es que se esté desarrollando con éxito en un país que, desgraciadamente, vive una contracción económica que afecta a la producción de alimentos, la disponibilidad de medicinas y que trae consigo una inflación de tres dígitos. Esto solo demuestra que la esperanza, el trabajo duro y las ganas de vivir en una sociedad mejor son el verdadero motor de las buenas decisiones. No hay trucos mágicos, ni suerte, ni milagros. Hay gente honrada, honesta y trabajadora que no se rinde. Tenemos mucho que aprender.
Por: Ixeya Marín Antón
