Autora: Andrea García Cubilla
Edición: Patricia Gascón-Vera
Existen muchos tipos de bares y restaurantes especializados. Muchos ofrecen platos del resto del mundo: hindú, chino, japonés, irlandés, indio, alemán, americano… Otros buscan ser inclusivos hacia determinados comensales: vegano, vegetariano, sin gluten, sin lactosa… Pero, curiosamente, no se ven tantos bares temáticos. No porque no existan, tan solo se ven menos, como pequeñas joyas escondidas. Be a Legend es uno de ellos.
Fotografía: José María Hurtado
El bar se fundó en abril del 2017, pero en realidad nació mucho antes, con el boom de los e-sports. Cuando Eduardo Martín, propietario del local, era un ávido jugador de estos. Tomó referencias de las grandes ciudades de España como Bilbao o Valencia en las que este tipo de bares ya eran una realidad y, tras un año de investigación, logró abrir el suyo propio en Zaragoza. Aunque, como con todo nuevo local, los comienzos no fueron fáciles. “Zaragoza es difícil – explica Eduardo –. Somos cabezones y estamos acostumbrados a los bares de banderillas y de tirar cosas al suelo”.
Precisamente por esto el bar tuvo que adaptarse. Buscaba gente joven y pese a estar situados en la calle San Juan de la Cruz, muy cerca de la Universidad, muchas veces aparecían más mayores que estudiantes. Be a Legend ha sufrido muchos cambios, desde su horario a su propia concepción. El bar solo abre por las tardes. La decoración se ha modificado hasta plasmar la personalidad del local. Lo que en un comienzo solo iba a ofrecer bebidas ahora cuenta con ramen, gofres, bocadillos, sushi por encargo y nachos, su plato estrella. “Todo el mundo pide patatas bravas, por alguna razón. Pero le dimos una vuelta de tuerca y sacamos los nachos”, recuerda Eduardo.
Uno de los cambios más importantes fue la retirada de los ordenadores. Al comienzo, los clientes podían utilizarlos para jugar e-sports, de hecho, era un elemento importante para Be a Legend. Pero, con el tiempo, estos acabaron eliminándose. Aun así, Eduardo considera que el bar mantiene esa parte de su esencia: “Sigue siendo un bar de e-sports pero ya no tiene material físico para jugar”.
Pero eso no significa que no se pueda jugar allí. En ocasiones, el bar colabora con asociaciones como Tatakae, Fighting Games Zaragoza y Tecnoland Alcañiz que les prestan material para realizar torneos de e-sports. El local se llena de consolas y participantes, o así era hasta la llegada de la pandemia. “Veíamos una oportunidad increíble de hacer un torneo de League of Legends con móviles, pero la pandemia nos lo ha chafado”, explica Eduardo. Pero, si bien el coronavirus ha paralizado toda su actividad, han hecho todo lo posible para aprovecharlo.
Fotografías: José María Hurtado
Durante el gran parón, han realizado varias reformas en el bar que han complementado a su ya característica decoración. También se han dedicado a introducir innovaciones en el menú y a implantar el take away, hasta entonces inexistente. Ahora cuentan con Just Eat y Uber para seguir en servicio en caso de que tengan que volver a cerrar. Aun así, con su camarero en ERTE y el bar más vacío que de costumbre, no pueden esperar para que todo vuelva a la normalidad. Eduardo destaca el cariño que sus clientes regulares le transmitieron en los momentos más difíciles: “No sabíamos que habíamos hecho esa rama tan familiar”.
Pese a que es imposible saber lo que depara el futuro, ellos se muestran optimistas y con ganas de seguir trabajando. Como dice el propio Eduardo: “La concepción de un bar nunca está completa, siempre hay margen de mejora”. No cabe duda de que el establecimiento aún puede dar mucho juego.
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