Autora: Inés Díaz Esteban
Mi última lectura ha consistido en un libro cuya portada me llamó la atención navegando por Pinterest. Sin expectativas de ningún tipo, me empecé una novela que ha resultado bastante amena y original, tanto en cuanto a su trama como a su forma de estar escrita.
Esta novela narra la historia de Oliver: Un estudiante de teatro que lleva diez años en prisión. Por primera vez, está dispuesto a contar exactamente lo que sucedió al detective, ya jubilado, que se encargó de investigarlo. Con esta premisa se nos introduce una historia juvenil de siete estudiantes de último año de arte dramático, donde destacarán principalmente las pasiones y los impulsos de los protagonistas.
Internos en la Academia Dellecher, los protagonistas comparten los espacios comunes con estudiantes de otras carreras de letras y artes; filosofía, danza, lenguas clásicas… Sin embargo, durante la novela estas otras carreras sirven como mero atrezo: Nuestros protagonistas están limitados a los estudiantes de teatro, y los únicos personajes secundarios con algo de desarrollo son el detective Coldborne, los profesores y la familia de Oliver.
El libro busca meternos en el mundo de unos jóvenes con los sentimientos a flor de piel, los cuales dictan y moldean su moral hasta el límite, con el riesgo de terminar en tragedia. La presencia de pasajes de Shakespeare durante todo el libro, por tanto, no es casual: Esta trama busca recrear la ambientación y la esencia de una de sus obras, a raíz de la irracionalidad de las emociones. De hecho, algunos diálogos están escritos como si leyésemos una obra de teatro: un punto curioso que ameniza la lectura.
Todos somos villanos (“If we were villains”) utiliza la fórmula de adelantarnos en el prólogo el final de la historia. Personalmente, y quizá por mi hábito de leer novela negra, me creó unas expectativas en cuanto a la complejidad de la trama que no correspondieron con el desarrollo del libro. Es decir, la trama me pareció predecible; así como también me esperaba una mayor evolución de los personajes. Entiendo que cada alumno de último año represente un rol determinado, pero creo que hay varios que se estancan tras la primera mitad de la novela; principalmente Meredith y Wren. Me habría gustado que hubieran dado más juego en la última parte del libro.
Sin embargo, estos detalles no le restan encanto a la novela. Nos introduce en un mundo de fiestas, bailes y representaciones de teatro al más puro estilo “Dark academia” moderno, donde a todos nos encantaría vivir. Incluso me he llegado a plantear apuntarme a teatro por algunas escenas. Creo que ahí está la magia de este libro: En acercar el mundo del teatro a un perfil de lector joven y despertar su curiosidad por los grandes autores. De hecho, la historia principal se apoya en las funciones que los protagonistas van interpretando (Romeo y Julieta, Julio César, Macbeth y El Rey Lear) para ilustrar lo que está sucediendo y seguir desarrollando la trama.
En resumen: Es la primera obra de esta autora, y se nota en los pocos riesgos que toma durante el transcurso de los acontecimientos. Sin embargo, ha conseguido crear una novela entretenida, con un estilo particular que dinamiza la lectura. Las relaciones entre los personajes despiertan la parte sensible del lector, que empatiza con todos ellos y anhela conocer sus secretos tanto como el propio Oliver; y, por otro lado, crea una academia oscura y atractiva, a la que cualquiera de nosotros querríamos pertenecer. Más allá de esto, es un homenaje a las artes escénicas que respeta la obra de Shakespeare, redescubriéndola a los más jóvenes. Entretenida y amena, la recomiendo especialmente a los que estén teniendo un bloqueo lector.
Puntuación: Tres estrellas y media sobre cinco.
FICHA TÉCNICA
Autora: M. L. Rio
Título original: If we were villains
Traducción: Todos somos villanos
Número de páginas: 352
Editorial: Umbriel
Idioma: Español
ISBN: 978-8416517268
Año de edición: 2020