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Unidos por un décimo

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22 otra vez” fue el nombre del spot de la Lotería de Navidad del año pasado. Otra vez se vuelve a hablar del gran acontecimiento del 22 de diciembre en el que se reparten billetes. La distribución es un elemento que caracteriza este evento tan esperado y lo han querido reflejar en la manera de publicitarlo: a través de cuatro microrrelatos en vez de uno largo, como nos tienen acostumbrados. Cuatro historias unidas a través del claim: Cuando compartes un décimo, compartes mucho más.

 

Suegro y nuera

Félix: un hombre mayor, cabeza de familia… visita a la que había sido su nuera: Pilar. Una vez acomodados en la cocina tomando café, Félix le recuerda su tradición de regalar décimos de Navidad a los miembros de su familia.

Félix le regala un décimo a Pilar a pesar de no ser la mujer de su hijo. Le hace entender que para él sigue siendo parte de su hogar.

Pilar, emocionada, lo abraza. Acaban entre risas y lágrimas.

Padre e hija

El gerente de una empresa se jubila y el puesto lo hereda su hija. A pesar de ello, él sigue revisando las facturas en su despacho, se preocupa por el cumpleaños de uno de sus compañeros, como si siguiera trabajando. La hija le pide que se relaje, que está todo controlado, aunque él no parece muy convencido.

La nueva gerente saca el décimo de Navidad de la empresa. Esta vez, ha sido ella quien ha elegido el número. Los números coinciden con la fecha que el padre inauguró la empresa.

El reciente jubilado, emocionado, la abraza. Ella le pide que confíe, que la empresa está en buenas manos.

Enfermero y paciente

Carmen, una luchadora contra el cáncer, recibe en la camilla a Víctor, el enfermero que la lleva en silla de ruedas a una nueva sesión de quimioterapia. En el trayecto, Víctor le pregunta si ya tiene el décimo de Lotería de Navidad de la planta. Carmen lo niega y alega que no quiere hacer planes de futuro porque no cree que sobreviva.

Víctor decide compartir con ella su décimo y le anima diciéndole que piense en todos los planes que hará cuando salga del hospital porque va a superar el cáncer.

Carmen, emocionada, le cuenta a Víctor su sueño de viajar a Japón, mientras retoman su camino.

Padres, hijas y novios

Una comida familiar: los padres con sus dos hijas y respectivos novios.

El padre ha tenido la idea de regalarles un décimo de Navidad. Prepara los sobres antes de que lleguen, pero escribe todos los nombres excepto el de José, el novio de su hija Sofía. No cuenta con él porque, al parecer, llevan poco tiempo juntos.

Una vez están todos sentados en la mesa, el padre se dispone a entregar los décimos. José se adelanta y saca uno para los padres y dice que se había acordado de ellos al comprarlo.

El padre, avergonzado ante el detalle del joven, añade su nombre antes de entregar los sobres.

José, emocionado, les agradece que se hayan acordado de él. No se lo esperaba.

Todas las historias tienen en común el mensaje de trasfondo: “el sorteo nos une”. Compartir con los nuestros esa ilusión de comprar un boleto de Lotería de Navidad, como muestra el microrrelato de Félix y Pilar. Cuando los números coinciden con una fecha especial, como presenta la historia de un gerente jubilado. La esperanza, ante todo, de ganar que anima a hablar de posibles planes futuros, como plantean el spot de Carmen y Víctor. La sensación de formar parte de una familia –manteniendo un vínculo–, como cuenta el anuncio de José.

Los spots logran su objetivo: apelar a los sentimientos de la audiencia. Para ello, no solo se utiliza el diálogo o las expresiones corporales, sino que mantienen como elementos determinantes la utilización de una iluminación tenue y la elección de colores. Todos los anuncios aparecen diferentes matices y tonalidades de acuerdo con cada historia.

Pilar parece que no está llevando bien su divorcio, se deja entrever con sus respuestas y el ambiente que le acompaña: una aparente casa pequeña, colores azules, fríos y poca luz; que transmite tristeza y soledad.

En el segundo spot optan por colores cálidos pero en una tonalidad oscura y apagada. Las paredes del despacho de la hija, y nueva gerente, son de un color amarillo pálido, a medio color. Esto puede reflejar esa situación de ausencia del padre por su jubilación. Ese amarillo pálido traducido en pasado y melancolía.

“Es fácil sentirse identificado”

Vuelven los colores azules y fríos –aunque más claros– con el entorno del hospital en el tercer anuncio. Esta elección transmite la negatividad de Carmen por su futuro. Sin embargo, una vez que Víctor decide compartir con ella el décimo y le da un chute de positividad, los colores cambian. Mientras Carmen habla del viaje de sus sueños, pasa por un gran ventanal y el ambiente se tiñe de luz natural y cálida que denota tranquilidad y esperanza.

La última historia mantiene un tono más desenfadado que el resto, por lo que le utilizan tonos más cálidos que en los otros spots. Se basa en una comida familiar, donde se muestra un ambiente de cercanía y cariño. La iluminación y tonalidades ayudan a transmitir los sentimientos que se viven en el propio spot para animar a comprar un décimo creyendo que cuando la audiencia lo haga, pueda vivir esas sensaciones en la vida real.

Cabe destacar el empleo de los planos cortos seleccionados para dotar de mayor significado en las escenas ya que transmiten esa cercanía entre personajes, tanto física como emocionalmente.

Dado el target -el público objetivo- para comprar la Lotería de Navidad, elegir la televisión como medio de difusión es acertado, ya que en España hay unos índices de consumo televisivo muy altos, sobre todo entre personas adultas, lo que permite llegar a aquellos receptores interesados en comprar los décimos de Navidad. Bajo el lema “Cuando compartes un décimo, compartes mucho más”, los anunciantes quieren vender la idea de que comprar décimos es una manera de unir a las personas, como una tradición de las familias españolas.

Las historias de Pilar, Félix, Carmen, Víctor, el jubilado, la hija heredera, José y su familia política pueden ser reales, por lo que es fácil sentirse identificado. Cualquiera puede caer enfermo o divorciarse de su cónyuge, comer con la familia de tu pareja o llegará el momento de la jubilación… Pero, ¿qué historias nos tienen preparadas para el 2020? Podría ser la tuya.

 

Autora: Irene Sanz Lapeña

Editora: Dèsirée Cremades Jiménez

 

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