El examen surcoreano Suneung tiene lugar todos los segundos jueves de cada noviembre, comienza a las 8:30 y termina a las 17:30, y se realiza de manera ininterrumpida con un descanso de diez minutos entre cada asignatura. Son ocho horas de pruebas que deciden a qué estudios pueden acceder los estudiantes, en qué universidades y, en un futuro, en qué empresas van a trabajar.
El país entero se vuelca con los alumnos: los trabajadores entran a trabajar más tarde para reducir el tráfico, los estudiantes de otros cursos van a apoyarles y darles ánimos y ningún avión despega para reducir el ruido en la escucha del examen de inglés.
Fotografía: Estudiantes de otros cursos animando a sus compañeros.
El examen Suneung tiene cinco partes: coreano, matemáticas, inglés, historia de Corea, exploración social y segundo idioma (alemán, francés, español, chino, japonés, ruso, árabe o vietnamita)
La aspiración es tan grande porque solo el 2% de los 600.000 estudiantes que se presentan es capaz de sacar las calificaciones que dan acceso a estas universidades, muchas relacionadas con prestigiosas empresas del país como LG, Hyundai o Samsung.Por el contrario, en nuestro país el 97,72% de los 250.000 examinados ha superado las pruebas de la EBAU 2023.
Lo más curioso de todo es la preparación del examen. Dos meses antes, en septiembre, se convocan a unos 500 profesores de toda Corea del Sur en un lugar secreto en las montañas de Gangwon. Allí están aislados sin teléfonos durante un mes preparando las preguntas.
Fotografía: Policía acompañando a estudiantes al examen.
Se cree que el origen de esta exigente prueba se remonta al siglo pasado, cuando Corea del Sur formaba parte de un imperio japonés que negaba la educación básica de los surcoreanos, y la vasta mayoría de la población era analfabeta. Fue por ello que se trató de revertir esas cifras rápidamente y para la década de los sesenta se había acabado prácticamente con el analfabetismo, haciendo de la educación uno de los pilares fundamentales del país y creando una cultura del esfuerzo académico que permanece hoy en día.
En definitiva, es un sistema de selectividad universitaria que reduce el futuro de un examinado a una prueba, y que pone en juego su salud mental por la ansiedad y presión que genera.
Autora: Elena de la Hera
