Volvemos a la rutina hartos de tanto comer. Ya lo decía un meme que pululaba por Instagram un día antes de reyes: “¡¡Tranquilos!! ¡¡Ya solo queda el roscón!!”.
Ahora lo que escucho es que, pasadas las fiestas, hay que tratar de recuperar la línea convertida en curva. Para lograrlo, muchos se unen al tsunami digital que supone la búsqueda de cuentas healthy… por si no nos habíamos hartado ya de ver alimentos y preparaciones con las fiestas.
“la cocina ha pasado de ser necesidad a ociosidad”
Lo que pasa es que nos encontramos en un momento donde la alimentación es una necesidad básica más real que nunca: nos importa tanto qué comer, cómo comer, en qué restaurante, nuevas recetas… nos interesa e, incluso, nos ha llegado a apasionar la comida típica de un país al otro lado del mundo ¿quién no ha probado el sushi todavía? Al menos has visto algún local… y todo esto gracias al marketing.
En 2003, Ferran Adrià aparecía en la portada del NYTimes, que ubicó la cocina catalana en la vanguardia internacional e inició una revolución gastronómica que continúa pero que ha evolucionado.
La comunicación gastronómica está profesionalizada y gracias a ello, la cocina ha pasado de ser únicamente una necesidad a formar parte de nuestra ociosidad. La tecnología también ha favorecido este cambio. Por ejemplo, gracias a diferentes páginas, como TripAdvisor; Yelp o ElTenedor, sabemos en qué lugar vale la pena esperar o reservar y, de qué local debemos mantenernos lejos.
“el gastromarketing ha salpicado a las altas esferas culinarias”
Por el lado de los empresarios, es una forma fácil de lograr publicidad de sus locales aunque no siempre sale como uno piensa -que se lo digan al restaurante de Valencia-. Además, podemos ver cómo las emergentes empresas de reparto a domicilio aparecen anunciadas en la televisión o redes sociales.
Sin embargo, la revolución del gastromarketing también ha salpicado a las altas esferas culinarias -de la misma manera que lo hace una salsa de tomate con el fuego demasiado alto-. No solo buscamos un buen restaurante sino que acudimos a los mejores -según el medidor Michelín-. Aceptamos la lista de espera de un año para saborear el menú del chef estrellado… algo impensable hace unos años. Al igual que hace 15 años no habríamos pensado en que programas de cocina lograrían ser líderes en el prime time.
En definitiva, la cocina es considerada como la búsqueda de nuevas experiencias y el marketing junto a la inteligencia artificial tratan de filtrar según nuestras necesidades y preferencias entre tantas posibilidades.
Dèsirée Cremades Jiménez
