Entrevista realizada por Ana Estaún.
La periodista leonesa afincada en Zaragoza, Gema Villa y la fotógrafa zaragozana Pilo Gallizo acaban de presentar en el museo Pablo Gargallo de la capital aragonesa, el libro «Robinsonas de tierra adentro», en la editorial Marciano Sonoro. Al igual que el personaje creado por Daniel Defoe las once protagonistas de su libro han tenido que aprender a sobrevivir, a construir una nueva vida y a enfrentarse a grandes desafíos en sus particulares islas, en sus municipios de Castilla y León.
PREGUNTA: Había una larga cola de gente que quería ansiosamente que les firmárais el libro. Estaréis contentas por esta gran acogida.
Gema Villa: Nos sentimos, por supuesto, muy agradecidas a quienes, entre toda la enorme oferta que había en Zaragoza, habéis elegido estar hoy aquí con
nosotras.
P: Me parece interesante comenzar con el detonante del proyecto ¿qué os motivó a crear un libro sobre mujeres que viven solas en el medio rural?
Gema Villa: Bueno, la verdad es que todo empezó por casualidad. Coincidí con varias de estas mujeres en un grupo que se llama «Dibujando por los Pueblos». Salen a pintar los sábados por la mañana, y aunque yo no dibujo, iba con ellas a pasar el rato. Poco a poco fui conociéndolas y sus historias me parecieron absolutamente extraordinarias. No eran vidas corrientes, viven solas, en casas que ellas mismas han construido o reconstruido, con huertas, todas pintan, tienen algún tipo de conexión con la creación artística. No como salida profesional, sino como crecimiento personal, y eso me atrapó. Así que les propuse hacerles entrevistas y, más tarde, documentarlo.
P: Me respondes muy bien al porqué os habéis centrado en mujeres y ¿por qué no incluir también a hombres?
G. V.: Esa es una buena pregunta. En una de nuestras presentaciones en León alguien preguntó esto mismo y un profesor de la Carlos III comentó: “¿Por qué va a ser? Porque ellas sí que son autónomas. No como nosotros, yo vivo solo y tengo que ir, coger el coche todos los días para ir a comer a Astorga, a un restaurante”. Él lo contó así. Por eso se llaman robinsonas, él, viviendo solo, dependía de un restaurante para comer cada día, estas mujeres son autosuficientes en todos los aspectos. Son autónomas, capaces de gestionar sus vidas sin depender de nadie. Por eso el término «robinsonas» encaja tan bien con ellas.
P: Estas robinsonas habrán tenido que enfrentar algún desafío al vivir solas en pueblos pequeños. Durante la presentación, Ana Segura (la presentadora del acto) comentaba si estas mujeres habían experimentado prejuicios.
G.V.: Los prejuicios están ahí, especialmente al principio. Pero, por ejemplo, una de las protagonistas, Marga, fue etiquetada como «neorrural» por ser feminista, ecologista y activista. Al principio le decían que no iba a durar nada, pero lleva diez años y ahora la han aceptado. Otra mujer rehabilitó un antiguo pajar con tejado de paja de centeno, y eso cambió por completo la percepción de los vecinos. Ahora la ven como alguien que aporta valor al pueblo.
P: No sé si habéis leído Un amor de Sara Mesa, pero la protagonista de la novela pasa precisamente por algo parecido a lo que me comentas, pero sin tener finalmente esa buena relación con los vecinos. La novela es una visión neorruralista, pero negativa. En la presentación deciais que, en general, las acogieron bien, por eso me llama la atención.
Pilo Gallizo: Yo que trabajo bastante en los pueblos haciendo fotografías, creo que los
pueblos están mucho más preparados para aceptar a gente independiente, la gente es abierta.
P. Esto es muy interesante porque rompe un poco con el cliché de pueblos cerrados, ¿no?
P.G.: Personas incluso más mayores, bastante más mayores que yo, son más modernos y modernas que la sociedad de ahora, pienso. Aunque se puede dar que en un lugar no te acepten y a diez minutos en el pueblo de al lado lo hagan perfectamente.
P: Al encontrar este paralelismo con Un amor me parece relevante continuar y seguir el hilo del neorruralismo como tema, la protagonista, lo que quiere es huir de algo. Entonces, pregunto, ¿estas mujeres huyen de algo?
G.V.: No están huyendo. Sus vidas son zigzagueantes, han recorrido muchos caminos y al final han encontrado su sitio. Por ejemplo, una de ellas pasó años viajando como mochilera y después vivió en una yurta antes de construir su casa. No huyen, simplemente buscan. Son valientes, eso sí, mucho más que quienes vivimos en ciudades y nos cuesta cambiar.
P: Parece que estas mujeres no solo han sido aceptadas, sino que también están transformando su entorno.
P.G.: Exacto. Muchas están involucradas en colectivos y asociaciones que luchan por preservar el entorno rural. Además, aunque vivan solas, no están aisladas. Han creado redes de apoyo. Eso es algo que en los pueblos se da más que en las ciudades, donde todo es más impersonal.
P: Teniendo en cuenta lo bien que habláis de la vida rural, para terminar, ¿qué impacto creéis que puede tener este libro para los urbanitas?
G.V.: Creemos que puede ser muy inspirador, especialmente para mujeres. Sus historias nos invitan a reflexionar sobre el mundo que queremos y la importancia de construir redes de apoyo. Ellas viven solas, pero no están aisladas. Además, sus altos niveles de satisfacción personal nos muestran que este estilo de vida es posible y enriquecedor.