Más de 80 creadores asistieron a la XVII edición del Salón del Cómic de Zaragoza los días 13, 14 y 15 de diciembre. Quien tuviese la oportunidad de asistir, comprobaría el gran éxito que tuvo. De lo contrario, el experimentado ilustrador y uno de los miembros fundadores del colectivo Malavida, Carlos Pérez “XCAR Malavida”, explica la organización de una Feria de estas características.
“centrarse en el cómic es una ventaja diferenciadora”
Una de las primeras ediciones de este Salón del Cómic tuvo lugar en el Centro Cívico de la Almozara de una forma muy modesta. El colectivo Malavida creyó que el proyecto podía crecer, con una mejor planificación, y se presentaron a la organización muy interesados en colaborar y sugerir ideas. Según cuenta Pérez, el responsable por aquel momento, Jesús Castillo, les recibió con los brazos abiertos. De esta manera, Malavida empezó a formar parte como uno de los impulsores del Salón del Cómic de Zaragoza y contactaron con otros colectivos relacionados con actividades sobre el Manga. Desde entonces, han logrado crecer hasta conseguir el triunfo actual.
Xcar Malavida evidencia la existencia de muchos cambios desde aquella sencilla edición. Una cuestión muy buena que creen que han potenciado desde la organización y los colaboradores es la concentración en el cómic, ya que el espacio se queda pequeño y no hay manera de reubicarse en un lugar más grande ni quieren un crecimiento a toda costa. Además, el hecho de centrarse en el cómic ha resultado una ventaja diferenciadora respecto a otros Salones del Cómic debido a que, a pesar de haber eventos para otros ámbitos, la inmensa mayoría se dedica a los tebeos, editoriales, librería y sobre todo muchos autores y autoras.
“animar a los niños para que creen sus propios cómics”
Un punto que el ilustrado destaca es la importancia que le dan a la información de los jóvenes. Este año se ha desarrollado una idea que llevaba años en mente: involucrar más a los centros educativos en el Salón del Cómic a través del proyecto de usar el cómic en las aulas. Para ello, han acudido a los colegios para dibujar con los niños y animarlos a que creen sus propios cómics y fanzines.
Los meses previos al salón, el colectivo se reúne, casi a diario, con la organización para unir ideas y asesorarles. Además, contactan con otros colectivos o autores, y realizan varias actividades de cartelería y diseño. Finalmente, los días próximos al evento son de mucho trabajo, cuenta Pérez.
Editorial Cornoque y colectivo Malavida intentan sacar novedades para hacerlas coincidir con otros Salones como la Feria del Libro de Monzón, desarrollada una semana antes. Con ello, consiguen mucha repercusión y comercialmente funciona muy bien.
“No se trata de ganar dinero”
Desde la perspectiva de los expositores, antes de verano sale una convocatoria que les permite inscribirse y esperar la confirmación. Al tratarse de un espacio limitado, no todas las editoriales o fanzines pueden exhibirse. Los seleccionados deben pagar una cuota simbólica, como explica el componente de Malavida, ya que el salón se organiza desde la participación ciudadana y no se pretende ganar dinero por encima de todo, a diferencia de otros eventos similares que se organizan de manera privada.
Por otro lado, existen una serie de cláusulas acordadas con la organización, como que no pueden vender merchandising falso o vender tebeos por debajo del precio de coste. Una vez todo lo anterior está planificado y se acercan los días del evento, hay que prepararse para acudir al salón. Los expositores necesitan saber cuánto material deben llevar… en el caso de Carlos Pérez, guarda una lista con las ventas de años anteriores y así logra estimar las cantidades.
Xcar Malavida, como artista, disfruta mucho cada año al asistir al Salón del Cómic. Puede contactar con sus lectores y capta a muchos nuevos que posteriormente pueden realizarle encargos. Xcar afirma que lo que más le gusta es la relación con sus lectores infantiles ya que últimamente los tebeos que ha realizado están dirigidos a ellos.
Autora: Alejandra Catalán Becerra
Editora: Dèsirée Cremades Jiménez