Cristina Tirado es graduada en Veterinaria por la Universidad de Zaragoza. Sin embargo, ni ella ni nadie conocían el futuro tan diferente y prometedor que tendría su trayectoria profesional. Tras graduarse, comenzó un doctorado que le permitió obtener una beca de cuatro años en la Universidad de Cornell. Actualmente reside en Los Ángeles, Estados Unidos. Allí, es directora de iniciativas internacionales de cambio climático en el centro de resiliencia urbana en la Universidad de Loyola, da clases en esa misma Universidad y, además, dirige análisis de políticas de cambio climático que intenten cambiar o ayudar a aquellas personas que toman decisiones en los diferentes ministerios sobre medioambiente.
P. ¿En qué se basan los análisis de políticas sobre cambio climático?
R. Mi línea de investigación es analizar políticas sectoriales que no tienen por qué ser solo de cambio climático. Pueden ser políticas de agricultura, de medioambiente, de transporte, etc. En este sentido siempre busco aquellas acciones que puedan dar beneficios a la salud, por ejemplo, los temas de transporte activo. En España es algo de lo que ya no se habla tanto porque todo el mundo coge el bus o va andando a cualquier sitio. Pero aquí en Estados Unidos o en otros lugares del mundo no es algo muy habitual, el sistema o la red de transporte no es tan buena.
P. ¿Cómo llegaste hasta aquí? ¿Cuáles fueron tus primeros pasos?
R. Hice un doctorado en Recursos Naturales y Medioambiente y eso fue determinante. Al acabarlo, recibí una beca Fullbright que me ayudó mucho como investigadora y, realmente, podría llegar a decir que me cambió la vida. Me dieron una beca de cuatro años que realicé en el mismo tema en el que me había doctorado. Además, también gracias a la Fullbrigth recibí una ayuda para desarrollo profesional. En este sentido, me dieron el apoyo para realizar un internship serio de trabajo con una organización estadounidense, Environmental Defense Fund. Eran los años 90, y fue la primera vez que vi a la gente hablar seriamente de cambio climático, algo que no había visto nunca. Se podría decir que tanto esto como la época en la que trabajé con la OMS fueron determinantes para saber que el cambio climático era una prioridad medioambiental.
P. ¿Qué papel tiene el apoyo a los científicos e investigadores en España? ¿Y en otros países?
R: Cuando yo estuve en España se portaron genial conmigo. Era una época buena y, en este sentido, dedicaban mucho dinero a científicos para investigar e ir al extranjero. Al fin y al cabo, me dieron una beca de 4 años para la Universidad de Cornell, algo que ahora resultaría impensable. Comparar España con Estados Unidos sería complicado. Es cierto que aquí, en Estados Unidos, hay mucho más espacio para los científicos e investigadores en el que incluso te dan trabajo mientras estás investigando. Sin embargo, debemos recordar que la educación para nada es gratuita, la gente paga costosas matrículas para ir a la Universidad. Por lo tanto, es algo incomparable.
P. ¿Y qué es lo que más te gusta actualmente de tu trabajo?
R. Creo que cuando preparamos trabajos de investigación los diseñamos de una manera muy interdisciplinaria y trabajamos con muchos sectores. Entonces, lo que más me gusta es que, al analizar políticas, tengo actualmente la libertad de incorporar indicadores de salud, de equidad, justicia social, justicia climática, etc. Se podría decir que he llegado a un momento en mi vida en el que puedo incluir indicadores sociales, algo que al ser científica siempre había sido muy complicado. Realmente, nunca soñé que acabaría trabajando en temas de justicia climática o medioambiental.
P. ¿Tu vida tendría cabida ahora en España? ¿Volverías?
R. Me encantaría volver a España e incluso lo quiero intentar a través de alguna de las universidades que tienen contacto con la mía. Sin embargo, para mí sería más fácil ahora trabajar en otros países como China, por ejemplo. Y es que, en España, es verdad que ahora mismo es una maravilla cómo se encuentra todo en temas de medioambiente, pero mi trabajo me obligaría a estar en las universidades españolas de forma adjunta o remota. Aun así, sí que me gustaría intentarlo.
Vanesa Aso