Autoras: Alodia Latorre Gómez y María Melús Sierra
Un hombre con ELA avanzado ha vuelto a “hablar” con la ayuda de un chip cerebral y una interfaz cerebro-ordenador.
El paciente se trata de un joven de 34 años que sufre Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) avanzada desde agosto de 2015. A finales de ese mismo año ya no podía hablar ni caminar. Un año después, comenzó a utilizar un ventilador para respirar y se comunicaba a través de un dispositivo de seguimiento ocular hasta el verano de 2017, en el que ya no podía mantener la mirada fija. El paciente ya estaba totalmente paralizado, pero su sueño era seguir presente en el crecimiento de su hijo pequeño y poder comunicarse con él.
El implante cerebral
La familia del enfermo contactó con investigadores del Wyss Center (Suiza) y de la Universidad de Tubingüen (Alemania), que miraron la enfermedad desde otra perspectiva. El paciente se sometió a una operación quirúrgica en la que colocaron dos pequeños implantes con 64 agujas o microelectrodos intracorticales. Concretamente, se implantaron dos matrices de microelectrodos en la corteza cerebral, la parte del cerebro encargada del movimiento. De esta manera, cualquier señal cerebral quedará registrada por los chips cerebrales en la corteza.
El estudio clínico recogido en la revista Nature explica que el paciente envía señales cerebrales a la interfaz cerebro-ordenador y a través de un proceso denominado “sistema auditivo de neurorretroalimentación” consigue descodificarlo en letras. Este dispositivo categoriza las señales cerebrales en “sí” y “no” permitiendo que el paciente emita respuestas.
Es un avance que va más allá de los recursos ya utilizados en los pacientes de ELA para comunicarse mediante la respiración o los dispositivos oculares, puesto que estos dependen de la gravedad del paciente. A partir de una fase avanzada, el paciente pierde el control total de los músculos y es imposible mantener comunicación con él.
Avances médicos
Cada día se diagnostican tres nuevos casos de ELA en España lo que se traduce en 900 casos al año. En la actualidad no existe cura para esta afección neuromuscular progresiva, pero gracias a tecnologías como esta los enfermos pueden mejorar su calidad de vida. Por eso mismo, los expertos quieren ir un paso más allá. Esperan extender este estudio a personas con ELA avanzada para proporcionarles mayor independencia y dignidad.
No es la primera vez que se realiza un implante de este tipo en un paciente con ELA. En 2016 una médico holandesa se presentó a un estudio en el que se le aplicaba un implante cerebral. También pudo comunicarse con frases completas gracias a un ordenador que decía lo que ella pensaba.
La tecnología es importante en muchos ámbitos de nuestra vida diaria. En la medicina, aún más si cabe porque trae consigo beneficios en la salud y esperanza de vida de las personas. Estas innovaciones mejoran diagnósticos y pueden ayudar en la prevención de enfermedades futuras. Por ejemplo, actualmente existen unos tatuajes con biotinta que cambian de color para indicar cambios bioquímicos en el cuerpo, alterar de la presencia de patógenos, niveles de azucar o de deshidratación, entre otras.
El sueño de este joven de 34 años se ha cumplido. Seguro que el de muchos más llegará pronto gracias a estas innovaciones. Ha llegado el cambio, una vez más, de la mano de la tecnología.