La “positividad tóxica” es denominada como “la excesiva e inefectiva generalización de tener una actitud feliz y optimista en todas las situaciones”. Según esta teoría, el proceso de positividad tóxica resultaría en negación, minimización e invalidación de la experiencia emocional auténtica (Equipo Clínico Atam, 2020). Realmente ser positivo no es algo perjudicial, pero comienza a serlo cuando roza la imposición de una actitud positivista como la única manera de solucionar las adversidades.
Esta corriente cada vez es más frecuente en ámbitos como el coaching o incluso en figuras influyentes de las redes sociales, al alcance de los más jóvenes. Esto puede resultar peligroso, puesto que los jóvenes ven esta exacerbación de la felicidad en las redes y asumen que ellos son el problema, cuando nuestro entorno y nuestro contexto influyen indudablemente en nuestras circunstancias. Este modo de vida tiene como consecuencia que las emociones negativas crezcan hasta que la situación sea insostenible, y no solo eso, sino también la dificultad para establecer relaciones interpersonales, el aislamiento, y la poca capacidad para la gestión de las emociones. A largo plazo, en el plano de la salud mental, puede generar depresión, ansiedad y estrés patológicos.
Algunas de las frases más comunes de esta corriente son: «Piensa en positivo y lo lograrás», «si quieres puedes», «eres el dueño de tus emociones», “eres lo que logras”, “sonríe, no estés triste”, y muchas más. Lo cierto es, que por mucho que quieras, a veces no se puede.
Es por eso que surgen psicólogos y psicólogas que rebaten este tipo de conducta y, entre ellos, me voy a centrar en Lorena Gascón, también conocida como @lapsicologajaputa en sus redes sociales. A pesar de que su nombre pueda resultar chocante, es una psicóloga con gran prestigio y con una ambiciosa carrera profesional. La terapeuta usa como herramienta el humor para perforar nuestras creencias y nos enseña a entender y gestionar todo aquello que se nos pasa por la cabeza mediante un realismo pragmático.
Fotografía de la psicóloga Lorena Gascón.
En su último libro Querido cerebro, ¿qué coño quieres de mi? nos habla sobre “nuestras mierdas”, que según la psicóloga son todo aquello que nos duele y evitamos sentir. La escritora dice que para gestionar “nuestras mierdas” primero las tenemos que aceptar: “Se trata de dejar que nuestras mierdas nos acompañen de copilotos en el camino sin dejarlas al volante hasta que un día tal vez ya no necesiten venir o ni siquiera seamos conscientes de su presencia”. Esta visión respecto a las emociones es lo opuesto al positivismo tóxico, que nos insta a rechazar aquellas sensaciones que sean desagradables. Creo que es muy importante dar este mensaje a aquellas personas que estén sufriendo psicológicamente, y no simplemente decirles que sean felices, sino que aprendan a gestionar y sobrellevar sus problemas para alcanzar la felicidad.
Definitivamente, se recomienda este libro a todo aquel que necesite un manual de supervivencia sobre cómo entender el cerebro humano y todo aquello que nos sucede. No solo es un libro útil para aprender a gestionar nuestras emociones, sino que también lo combina con el humor y la ocurrencia, haciendo que el aprendizaje sobre la psicología sea algo divertido.
Autora: Leyre Asensio