Dos deportistas españoles, Aitana Bonmatí y Rodri Hernández, reconocidos como los mejores futbolistas del mundo.
Autora: Irene Sousa.
El pasado 28 de octubre se celebró la gala del Balón de Oro 2024, en la que se reconoce a la mejor futbolista y al mejor futbolista del mundo. Los premiados fueron Aitana Bonmatí y Rodrigo Hernández, por lo que fue una noche magnífica para el fútbol español. Pero más allá de los premios, hay que destacar el gran impacto social del fútbol femenino con la lucha de las jugadoras contra la desigualdad, que han conseguido convertirse en referentes tanto dentro como fuera del campo de juego.
En línea con este reconocimiento del fútbol femenino, la novedad de esta edición fue la entrega del premio al mejor entrenador de clubes femeninos del año La ganadora fue Emma Hayes, exentrenadora del Chelsea y actual entrenadora de la selección de Estados Unidos. En la categoría masculina el galardonado fue Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, que no recogió el premio por el boicot del Real Madrid de Florentino Pérez a la gala.
La inclusión de premios en la categoría femenina propicia que se hable del fútbol femenino en redes sociales, lo que incrementa su visibilidad. Las redes tienen un gran influencia en los jóvenes y el simple hecho de ver un video o una foto de cualquier acontecimiento puede despertar la atención y el interés.Un caso que nos sirve de ejemplo fue como el discurso de la actriz Natalie Portman en la gala del Balón de Oro a favor del fútbol femenino se viralizó en cuestión de minutos.
Hoy en día el fútbol femenino español está en lo más alto, pues han ganado el Mundial, la Liga de Naciones de la UEFA y los últimos cuatro balones de oro. La ganadora en 2021 y 2022 fue Alexia Putellas y en 2023 y 2024 Aitana Bonmatí. Pero los títulos no es lo verdaderamente relevante, sino todas las barreras que estas futbolistas han roto, ya que han cambiado la forma de ver el fútbol femenino de muchas personas. Por ello está claro que este deporte no solo genera impacto en el ámbito deportivo, sino también en el social. Tal y como decía el pasado lunes Aitana Bonmatí : «Quiero ser un referente también para la igualdad«.
Antes, las que son ahora jugadoras no tenían influencias femeninas en las que fijarse y sus referentes eran hombres. En la actualidad las niñas sí que pueden decir: “quiero ser futbolista como tú”. Ejemplo de ello es Jennifer Hermoso, galardonada con el premio Sócrates de la gala del Balón de Oro por su labor contra la desigualdad, que contaba en su discurso como la mañana del 28 de octubre se había despertado pensando en una niña que le había dicho que quería ser futbolista como ella. Lo que antes era imposible para las jugadoras ahora es una realidad gracias a ellas.