Autora: Ana Estaún Ortega
“Valoro muchísimo la valentía que las protagonistas han tenido para compartir el pasado, mostrarme su presente y compartir sus sueños hacia el futuro”, apunta la autora, Gema Villa
Las autoras, Gema Villa y Pilo Gallizo recogen historias de mujeres que eligen vivir solas en el medio rural
“Valoro muchísimo la valentía que han tenido las protagonistas para compartir el pasado, mostrarme su presente y compartir sus sueños hacia el futuro”, confesó la periodista y escritora de Robinsonas de tierra adentro, Gemma Villa, que compartía escenario con la fotógrafa del proyecto, Pilo Gallizo, en una sala llena de gente, sobre todo, mujeres de todas las edades, en el museo Pablo Gargallo de Zaragoza. Ana Segura, directora de contenidos de Aragón Radio y de la casa de Babel, quien moderó y estuvo en diálogo con las autoras, desveló la premisa del libro: que narra la experiencia de once mujeres que han optado por vivir en la ruralidad de la comarca de La Maragatería, en León.
Gema Villa explicó que la idea surgió de la misma manera que “ pasan las cosas en la vida, por casualidad”. La autora comentó que la idea surgió tras conocer a estas mujeres en una asociación de pintura en León, donde no tardó en recopilar entrevistas y relatos que más tarde se plasmaron en la obra.
Pilo Gallizo, la fotógrafa del proyecto, enfatizó la generosidad de las protagonistas al abrir las puertas de sus hogares y compartir sus historias personales. «Ellas han mostrado su alma, su día a día y hasta sus manos, llenas de habilidades y conocimientos únicos», señaló Gallizo. La fotógrafa apuntó también que muchas de ellas han llegado a construir su propia casa y, que por ello, aparte de fotografiar sus casas y sus rincones más personales, documentaba en gran medida sus manos. “Sus manos me parecieron muy importantes —subrayó Pilo Gallizo—. Las utilizan muchísimo, saben hacer millones de cosas. Conocen sistemas de construcción, de agricultura, plantas, también pintan. Son increíbles”.
“Estas mujeres, procedentes de diferentes contextos sociales, edades y experiencias, comparten una característica común: eligieron la soledad rural como un acto de determinación personal», apuntó Segura. “Habla de soledad, de miedos, de afectos, del sexo a los 50, de maternidad, del paso del tiempo, del futuro, de activismo y de compromiso social —agregó Segura—. Este libro entra dentro de una tendencia que está, cada vez más de moda, que es la literatura de no ficción”.
La integrante del Club La sabina manifestó que a través de su entidad visibilizan en todos sus proyectos la importancia de la mujer en la sociedad. También recalcó la trascendencia que tuvo y tiene la mujer rural a nivel histórico, y planteó cómo viven “las mujeres libres e independientes en el entorno rural de hoy”.
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La moderadora preguntó sobre los retos y prejuicios que enfrentan estas mujeres y cómo los habían afrontado las protagonistas. Gema Villa replicó que algunas habían sido etiquetadas como «neorrurales» y enfrentaron escepticismo al principio, pero ahora han ganado el respeto de sus comunidades. Villa ejemplificó el caso de Evelyn, una de las protagonistas, la que afirmó que “nunca se sintió tan acompañada como en su pueblo, en contraste con los años de soledad que vivió en la ciudad”.
Ana Segura puntualizó que entre las protagonistas había historias de mujeres que han construido sus propias casas en entornos naturales, otras que han encontrado una vida comunitaria enriquecedora y algunas que luchan contra la implantación de macrogranjas o la gestión insostenible de recursos. Según las autoras, la diversidad de estas mujeres refleja la riqueza del ser humano cuando es libre para elegir su forma de vida. Como señaló Villa, citando una frase de Sergio del Molino, «cuanta más diversidad haya en las formas de vivir, más fuerte y digna será la sociedad».