Entrevista e imágenes de Jimena Miguel y Sandra Manero.
La zaragozana nacida en 1985 lleva desde 2011 cubriendo los diferentes conflictos armados en Oriente Medio. Especializada en terrorismo yihadista y crisis migratorias, es la corresponsal de Antena 3 Noticias y de otros medios de comunicación. Ha escrito el libro «El infiel que habita en mí» y ha vuelto a su tierra para participar en el ciclo “Corresponsales”, de la mano del fotoperiodista Gervasio Sánchez y la periodista Genoveva Crespo.
PREGUNTA. Queríamos empezar preguntándote, ¿por qué periodismo? O sea, ¿qué te llevó al periodismo y más, ¿qué te llevó concretamente a tu especialización? ¿Qué te llamó la atención?
RESPUESTA. Pues yo creo que a mí el periodismo me interesó porque me interesaba consumir periodismo. Veía mucho los informativos, leía periódicos y fueron más bien los hechos históricos los que me llevaron hasta el periodismo. Cuando estaba en primero de bachiller, que es donde ya te planteas qué estudiar, tuvo lugar el atentado de las Torres Gemelas de Estados Unidos, de Al-Qaeda, el 11 de septiembre de 2001, que es un hecho que cambió el mundo, cambió todo.
De repente el terrorismo yihadista pasó a ser la principal prioridad de la seguridad internacional. Cambiaron las maneras de los controles en los vuelos, la gente comenzó a tener miedo a volar y el foco de la noticia de repente se puso en Oriente Medio. Veníamos de una época de guerras en los Balcanes, de otro tipo de circunstancias y, de repente, se puso ahí.
Y lo que vino posterior, bueno, pues empezó a parecerme como una estrategia un poco perversa de los estados en contra de otros estados más débiles, como por ejemplo la invasión en Afganistán. Después se empezó a promover esa idea de que había armas de destrucción masiva en Irak y finalmente se intervino Irak. Y es verdad que a mí siempre me pareció que lo de las armas de destrucción masiva nunca había estado suficientemente justificado. Entonces fue en ese tiempo donde yo acudía a manifestaciones, iba a debates, escuchaba crónicas, leía y veía que realmente las armas de destrucción masiva no estaba claro que existieran.
Entonces ese fue el detonante que me hizo meterme en el mundo de indagar en la verdad. Y finalmente, ya estando en los primeros años de mi carrera, otro hecho histórico me hizo especializarme en Oriente Medio, que fueron las revueltas árabes. En 2011 de repente un montón de países empiezan a movilizarse contra los dictadores y te parece de repente un sueño que la gente consiga pacíficamente, en un principio, acabar con los tiranos que les gobiernan.
Yo estaba empezando en un canal de televisión muy pequeño de la TTT, VO7, hacíamos 0,9 de cuota de pantalla, y en ese tiempo yo editaba en Torrejón de Ardoz, en una redacción, los vídeos. Y yo veía en la plaza del Cairo, porque yo había estado en Egipto, a la gente manifestándose y consiguiendo que se fuera Hosni Mubarak y las caras de felicidad y todo eso, y dije, esto es lo que yo quiero hacer, yo quiero reportar hechos históricos. Lo veo también como ser un testigo de la historia, poder vivir estos increíbles cambios, sobre todo si son positivos, como era en ese momento, en primera persona, estar cerca de la noticia.
P. Has vivido todo tipo de conflictos en Oriente Medio, que además es una zona que sigue estando en conflictos, hay continuas guerras, sucesos, ¿cómo se vive desde allí el poder y el tener que narrar eso desde una parte objetiva?
R. Desde la perspectiva profesional, lo vives con la mayor honestidad y como un gran desafío, como cualquier trabajo intentas informar con objetividad. Yo sí que creo que la objetividad existe, dar voz a las víctimas que al final son las que muchas veces te revelan la realidad ya que en las guerras los bandos implicados siempre te van a dar propaganda. Desde la perspectiva personal muchas veces un poco con desazón, porque sí que cubrir guerras al final te lleva a la conclusión de que son inherentes en el ser humano, siempre van a continuar y un estado de paz total es casi como una utopía, hay algo dentro del ser humano que o somete o es sometido. Es un poco desesperanzador llegar a esas conclusiones. También te das cuenta de que las guerras son negocios que siempre ganan los mismos, mucha gente se enriquece y de que es el mayor negocio de la historia. Entonces, bueno, todas esas conclusiones te desesperan, pero no te desaniman para seguir haciendo tu trabajo y seguir informando de las injusticias también.
P. Como has mencionado tu primer libro, nos gustaría saber, ¿por qué el narrarlo en un libro?, el contarlo por escrito, que igual no se daría tanta visibilidad como en un programa de televisión.
R. Porque hay muchas historias a las que no puedes llegar con una cámara de televisión, lo interesante de un libro es que puedes llegar a cualquier lado con un papel y un bolígrafo. Yo no hubiera conseguido filmar a estos yihadistas españoles, franceses, ingleses, que estaban en celdas en Irak o en Siria, no me habrían dejado entrar para grabarles. Conseguir ese acceso me costó mucho, conseguía grabar con el teléfono las entrevistas y de esta manera un libro puede ofrecerte mucho más, porque todo lo que es un programa de televisión, todo lo que incluye imagen, está muy sobrevalorada la imagen, si no hay imagen no hay noticia, y eso te limita mucho. Todo lo que es investigación vas a llegar muchísimo más lejos con un libro que con un formato de vídeo.
P. Otra historia que has narrado es ese trayecto de un libro que es con una familia de refugiados, ¿cómo se vive sentirte parte de ese escape, esa fuga para estar refugiados?
R. Bueno, fue muy interesante la verdad, porque es verdad que nosotros hablamos mucho de refugiados, yo diría que es el mayor reto de la Unión Europea, al que no se ha encontrado solución. La migración no sabemos cómo gestionarla, no sabemos qué topes ponerle, cómo respetar el derecho, pero en cierta manera los políticos creen que con una entrada masiva de inmigrantes ponen en peligro la seguridad o el orden público, entonces es un gran enigma cómo gestionar esto. Hablamos muchas veces de refugiados y caemos en el error de despersonalizarlos, como si fuesen entes que no tienen vida o una especie de vagabundos del mundo que piden ayuda en las fronteras, pero estar con ellos a mí sí que me dio la visión de lo que sufren, conseguí ver lo desesperante que es no tener un pasaporte adecuado como en ese caso en 2015 era el sirio, cómo las mafias se aprovechaban de nosotros, cómo fuimos medio secuestrados por unos húngaros que nos metieron en una furgoneta, cómo les apuntaban con una pistola o les obligaban a pagar 3000 dólares por un trayecto ridículo. Hungría, en aquel tiempo, y creo que sigue siendo, era uno de los países del espacio Schengen más racista, y nos escupían mientras pasábamos, entonces ahí te das cuenta de que hay que observar la migración con un poco de respeto, porque es gente que es doblemente víctima, que está huyendo de una guerra y que simplemente está buscando un refugio.
P. Con las redes sociales hoy en día se puede movilizar mucho, sobre todo dar visibilidad a los refugiados, ¿cómo crees que las redes sociales afectan en nuestra profesión en la actualidad?
R. Yo en las redes sociales no quiero pecar de estar un poco como fuera de onda, aunque sí que creo que han cambiado mucho la opinión pública y la manera en la que la gente consume información. Creo que por culpa de las redes sociales la gente tiene una falsa sensación de estar informada, están saciados y no sienten la necesidad de comprar periódicos o de buscar información. Creo que las redes sociales han llenado ese hueco de la curiosidad y el scroll y el newsfeed dan la sensación de que la gente se está enterando de lo que ocurre alrededor. Te enteras de las noticias pero ya sabemos que esta selección de lo que a ti te aparece depende de tu algoritmo, por lo que siempre te vas a quedar un poco en esa órbita de tus preferencias y no vas a conseguir transgredir lo que tú ya sabes.
¿Cuál es la consecuencia? Sociedades muy polarizadas, sociedades muy ignorantes que sólo conocen los campos que ellos controlan y sí que creo que eso es un problema, es un gran negocio ya que todas estas redes sociales consiguen al final influir en tus decisiones de consumo, que es lo que ellos quieren, vender publicidad muy dirigida. Pero en lo que a mí respecta que es en la información, creo que ha generado un problema de sociedades muy desinformadas y no sé hacia dónde se dirige esto, no sé si en algún momento se conseguirá romper ese algoritmo, defender un poco nuestro derecho a la información, que este algoritmo lo está rompiendo, porque el derecho de las empresas a realizar esta publicidad tan dirigida está chocando en este momento con el derecho que tiene la gente a estar informada.
P. Y ya para terminar, ¿qué les dirías a estudiantes como nosotras, a nuestros compañeros de clase. No paran de decirnos que el Periodismo no tiene salidas, ¿qué consejos darías?
R. Pues yo les pediría que encuentren la solución a este problema, porque quizás es un híbrido o quizás es una nueva aplicación o quizás es de verdad luchar por el derecho a la información, es decir, las redes sociales tienen que existir. Por supuesto que son muy útiles, he conseguido encontrar fuentes en todos los lugares del planeta gracias a esta unificación de la comunicación, pero que a lo mejor sean conscientes del tremendo problema que nos enfrentamos en el que la gente ya no demanda medios de comunicación, la gente no compra artículos, no ve informativos, no escucha programas de radio, porque están un poco como saciados con lo que nos ofrece el teléfono móvil. Entonces, quizás vuestra generación tiene que repensar cómo proteger el artículo 20 de la Constitución, el derecho que tenemos a informarnos en este nuevo mundo tecnológico tan caótico que está creando este gran problema de que los medios ya son como una especie de residuo a que nadie le importa.