Autora: Hugo Lorente
Edición: Alejandra Catalán Patricia Gascón-Vera
El éxito de una campaña publicitaria se representa cuando un solo consumidor pasa gran parte de su día tarareando la canción escogida para acompañar al spot. Sin duda alguna, la música puede ser la piedra angular de un buen anuncio.
En muchas ocasiones, la música clásica suena en nuestro televisor mientras se está promocionando un coche, una lavadora o incluso un restaurante de comida rápida. Sin duda alguna, esto no es casualidad. Este tipo de música posee varias cualidades que consiguen que los espectadores recuerden los servicios o los productos que se anuncian durante más tiempo y con una visión positiva.
Una pieza de Mozart, de Bach o de Beethoven, da una imagen de calidad y de elegancia al producto que se anuncia. Además, las campañas publicitarias también ayudan a la supervivencia y a la perduración en el tiempo de estas antiguas composiciones. Podríamos decir que la música clásica se aprovecha de la publicidad y viceversa.
El sector automovilístico es uno de los que más utiliza esta estrategia publicitaria. Esto podría deberse a que una pieza musical del Barroco encaja mucho mejor en un vídeo del trayecto de un coche por la montaña, que en un spot de electrodomésticos.
Audi es una empresa internacional alemana que fabrica automóviles de alta gama. En el año 2013, Audi equiparó la experiencia de manejar uno de sus mejores modelos en cuanto a tecnología con una de las obras más conocidas de George Friedrich Haendel: el aria Lascia Ch’io Pianga, de la ópera Rinaldo.
Otro ejemplo de música clásica en las campañas del sector automovilístico lo lanzó BMW en el año 2011. La empresa alemana fabricante de automóviles y bicicletas de lujo y de alta gama contó con la “participación” del compositor nacido en Rusia, Igor Stravinsky.
Por sorprendente que parezca, uno de los restaurantes icónicos de comida rápida también se apoyó en la música clásica para acompañar a uno de sus spots. McDonalds, en este caso, no utilizó la pieza original, la tuneó para que su anuncio tuviera más fuerza y se adaptase mejor a las imágenes que se muestran.
Wolfgang Amadeus Mozart podría ser considerado como el maestro del Clasicismo y como uno de los compositores más influyentes de la historia de la Música. El aria de Papageno de La Flauta Mágica es una de sus obras con más reconocimiento, y de ello se aprovechó McDonalds en su spot, con unos resultados excelentes.
En conclusión, la unión de la publicidad y de la música clásica siempre consigue resultados excelentes. Gracias a este “matrimonio”, podemos seguir deleitándonos con piezas clásicas mientras observamos los nuevos productos que se promocionan en nuestros televisores.
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