Texto y fotografías: Paula Gracia.
Luisa Gavasa fue la gran protagonista de la noche al recibir el Simón de Honor el pasado domingo 20 de septiembre, cuando se celebró en la Sala Mozart del Auditorio de Zaragoza la IX gala de los Premios Simón. “Fue mi representante, mi amigo y también mi amor, ¡claro que sí!”, con estas emocionadas palabras la actriz quiso dedicar el galardón a Alberto Bongiono.
En la categoría al Mejor Largometraje triunfó Planeta 5000, que además consiguió el Simón de Mejor Sonido. El Mejor Cortometraje fue Gastos incluidos de Javier Macipe que añadió también la estatuilla de Mejor Guion. Por otro lado, el Mejor Documental fue otorgado a Gaizka Urresti por Aute Retrato.
Natalia Moreno recibió el galardón de Mejor Dirección con el documental Ara Malikian. Una vida entre cuerdas. Anteriormente, está ganó un Goya y un premio Forqué en la misma categoría. Carla Pérez de Albéñiz, que no pudo acudir, consiguió el premio a Mejor Dirección de Producción con su trabajo en Mientras dure la guerra, dirigida por Alejandro Amenábar. El Simón lo recogió Amelia Hernández, candidata en la misma categoría. Leonardo muere logró tres de los catorce premios a los que estaba nominado, estos fueron para Ana Bruned en Maquillaje, Ana Sanagustín en Vestuario y la Dirección de Arte para Pablo Lagartos.
Mónica Callejo, con el documental Esta no soy yo (Autorretrato de una anoréxica), recibió el Premio Simón a la Contribución Social. En el da visibilidad a las enfermedades mentales y cuenta en primera persona el tremendo esfuerzo que supone poder salir de ellas, pero aseguró que se consigue gracias a grandes profesionales y, sobre todo, al apoyo de la familia. “Los trastornos mentales son a veces muy difíciles de entender y de acompañar. Cuando a alguien se le rompe una pierna a nadie se le ocurriría decirle: tira, échate a correr, pero con una depresión siempre te dicen: qué bonita es la vida…”, añadió.
La noche fue presentada por Alejandro Aisa y contó con la actuación musical de Vicky Lafuente. La gala, que estaba prevista para el 23 de mayo, tuvo que posponerse debido a la pandemia y solo pudo acoger a unas 500 personas, un 30% del aforo total de la Sala Mozart.
Fue una noche llena de magia en la que hubo un momento para recordar que el sector de la cultura ahora mismo está en alerta, como apuntó el presidente de la Academia del Cine Aragonés (ACA), Jesús Marco Murillo: «El 2020 va a quedar en nuestra memoria, y en los libros de historia, como el año que sacudió nuestras vidas y nos relegó a vivir una nueva realidad a la que todavía no nos estamos acostumbrando. Una pandemia que ha afectado enormemente a todos los ámbitos de nuestra sociedad y de modo especial al cultural. Año duro y terrible, pero en el que los aragoneses estamos demostrando que tenemos un vínculo especial con el cine».
