Entrevista realizada por Marta García Castro
Nacido en Ponferrada y formado en el colegio de árbitros de Castilla y León, González González debutó en Primera División el 29 de agosto de 2009. Tras once años en la élite del fútbol español, arbitró su último partido la pasada campaña por haber llegado a los 45 años, la edad de retirada. Actualmente sigue ejerciendo como árbitro en el VAR. González ha contestado nuestra entrevista a través de correo electrónico.
¿Cómo fueron tus inicios como árbitro?
Yo jugaba en el equipo de mi pueblo. Por aquel entonces no teníamos una estructura de club asentada y el equipo se deshizo. Teníamos un vecino que era árbitro de tercera división y el año anterior había convencido a mi hermano para que probase y le gustó. Yo iba con él y con mi padre y me empezó a gustar esa faceta de árbitro que no conocía. Así que al año siguiente decidí probar yo también, y casi 33 años después sigo metido en este maravilloso mundo. Sin duda ha sido una de las mejores decisiones de mi vida.
¿En qué momento te diste cuenta de que podías dedicarte a ello profesionalmente?
Pues en el momento que ascendí a Segunda División A. En ese momento descubres el fútbol profesional y ya has salido del escalón más difícil a nivel arbitral, que es la Segunda División B. A partir de ahí ves que tienes la Primera División al alcance de la mano y luchas por conseguir ese objetivo.
¿Cuál es el partido más especial que has arbitrado?
Seguramente el de mi debut en primera división. Fue un Zaragoza-Tenerife. Significaba cumplir un sueño, debutar en la máxima categoría.
Si tuvieras que quedarte con un estadio de primera división ¿Cuál sería?
Esta pregunta es muy difícil, porque en España tenemos la gran suerte de tener unos campos magníficos y somos un país muy pasional en el que el fútbol se vive de manera muy intensa, pero si me tuviera que quedar con alguno por el ambiente de fútbol que se vive en ellos, seguramente serían el antiguo San Mames, el Ramón de Carranza, Mestalla o el Ramón Sánchez Pizjuán.
Se te ha hecho entrega de diversos premios ¿Cuál es el que más ilusión te ha hecho recibir?
Los premios siempre crean ilusión, porque quiere decir que estás haciendo bien tu trabajo y hay personas que lo valoran y por ello siempre son un aliciente. Seguramente haya dos que han sido los que más ilusión me han hecho, que son el Trofeo Vicente Acevedo, que se entrega año tras año dentro de nuestro colectivo al mejor árbitro de la temporada, y después otro que fue el que me entregaron aquí en Ponferrada, en mi tierra, en la Gala del Deporte Berciano en la cual me eligieron mejor Deportista Berciano. Que en tu tierra te den ese reconocimiento, en tu ciudad, delante de tu familia y amigos pues está claro que son momentos únicos que uno se guarda para siempre.
En 2011 diste el pregón de las fiestas de La Encina, en Ponferrada ¿Qué se siente al ser el pregonero de las fiestas de tu ciudad?
Pues es otro premio enorme, es muy ilusionante poder dirigirte a todos tus paisanos desde el balcón del Ayuntamiento, con la plaza llena de toda tu familia, amigos, vecinos y otra mucha gente que esos días llena la ciudad de alegría. Es fantástico que desde la corporación del Ayuntamiento de Ponferrada pensaran en mí para dar el pistoletazo de salida a las fiestas grandes de nuestra ciudad y estoy muy agradecido por ello.
Durante el confinamiento y el parón de la competición ¿Pensaste alguna vez que quizás ya habías arbitrado tu último partido sin saberlo?
Pues sinceramente no, continuaba con mis entrenamientos en casa, pendiente de mis hijos y tratando de hacer cosas nuevas dentro de las posibilidades que te daba tener que estar encerrado en casa, pero nunca se me pasó por la cabeza que podía haber acabado mi carrera como árbitro lejos de un terreno de juego. Por suerte pudimos reanudar la temporada y acabar sobre el césped, aunque sin público, que no es lo mismo.
¿Fue más fácil la despedida sabiendo que aún te quedaban unos años en el VAR?
No creo que la despedida hubiera sido diferente con VAR o sin VAR. Se acababa una etapa maravillosa sobre el césped, con el último partido de la temporada pasada puse fin a 32 años arbitrando, una decisión que había tomado con 13 años y la cual seguramente haya sido una de las mejores que haya podido tomar en mi vida. He disfrutado cada día que me ponía las botas de fútbol, cogía el silbato, las tarjetas y saltaba a un campo. Ese momento tenía sentimientos enfrentados, la alegría que te produce el saber que has llegado al final, a la meta, haciendo una gran carrera deportiva y que has disfrutado muchísimo con ello, y la otra la tristeza de tener que dejar la competición seguramente en mi mejor momento deportivo.
En el confinamiento lideraste una colecta para que ningún niño de Ponferrada se quedara sin tablet ¿Cómo surgió la idea?
Bueno, la verdad es que a nivel nacional los árbitros seguíamos con nuestra preparación de forma online y empezaron a surgir ideas de como podíamos ayudar en un momento tan duro como lo era aquel. Entre las diferentes ideas que se llevaron adelante se recaudaron más de cien toneladas de comida para donar al banco de alimentos y otras ideas más. Y la idea de las tablets la aportó un compañero que dijo que él la había llevado a cabo en su ciudad y me gustó. Además, yo tengo dos hijos pequeños y veía como desarrollaban toda su actividad escolar de forma online y pensé en todos aquellos niños que por circunstancias no pudiesen disponer de un dispositivo para seguir su actividad escolar y puse en marcha esta iniciativa en la que se volcó muchísima gente y pudimos llegar a entregar cincuenta y ocho tablets a todos los niños de primaria que a través de los colegios nos hicieron llegar sus necesidades.
¿Se te ha quedado la espinita de no haber pitado un clásico?
La verdad es que ese es un partido especial y me hubiese encantado dirigirlo, pero tampoco es algo que me quitase el sueño en su momento y tampoco ahora.
¿Crees que es necesario tener cierta fuerza mental para soportar la presión de arbitrar un partido en Primera División?
No es que sea necesario, yo diría que es básico y fundamental. Es algo que vas desarrollando poco a poco desde que te inicias en el arbitraje. No hay nadie que esté preparado para salir a un terreno de juego delante de muchos miles de personas en directo en el campo. Y puede que haya millones de personas viendo ese partido detrás del televisor. Es una presión muy grande que aprendes a soportar poco a poco desde que entu primer partido tienes que empezar a tomar decisiones tú solo sin ninguna ayuda y enfrentándote a situaciones complejas y tomando decisiones difíciles.
¿Qué le dirías a aquellos que critican el VAR?
Nada, porque generalmente los que ahora lo critican eran los que más lo querían. Eso es parte del encanto que tiene este deporte, todo el mundo sabe jugar, entrenar y arbitrar, pero desde el sofá de su casa.