Texto y fotografías: Arancha Díaz.
El Palacio de Sástago, de por sí, bien merece una visita, ya que el edificio, de época renacentista, ha sido testigo, a través de los siglos, del devenir histórico de la ciudad de Zaragoza. Precisamente este palacio es el enclave elegido para albergar la exposición temporal que conmemora los 125 años del nacimiento del periódico Heraldo de Aragón, a través de una selección de más de 70 fotografías.
Nada más comenzar la visita, “La Castellana”, una de las antiguas vendedoras de Heraldo, recibe a todo aquel que decide adentrarse en ese recorrido por el tiempo y la historia de la sociedad aragonesa. Es la fotografía más antigua de la exposición y data del 12 de octubre de 1915.
El blanco y negro retrata retazos de la vida cotidiana, de acontecimientos deportivos, de tradiciones religiosas; pero también de episodios como la Guerra Civil en Aragón. Recuerdos y vivencias que perdurarán para siempre y formarán parte de la memoria colectiva gracias a las fotografías, las mismas que además son capaces de provocar los más variados sentimientos dependiendo de los ojos del espectador. Pero también el color empezó a cobrar protagonismo en las fotografías que se incorporaban al periódico, la técnica avanzaba al mismo ritmo que lo hacían la arquitectura, las infraestructuras y, en definitiva, las gentes de la época.
Todas las instantáneas de la muestra tienen algo en común: no dejarán indiferente al visitante. Los más jóvenes, seguramente, se sorprenderán al ver los modos de vivir, la estética y la cotidianeidad de quienes nos precedieron y a los mayores les despertará e incluso les provocará alguna sonrisa al reconocer lo vivido.
Por nuestra tierra han pasado personalidades destacadas del mundo del celuloide, la política, la cultura o el espectáculo de las que la fotografía ha dejado constancia y que en su momento causaron un gran revuelo mediático.
Y es que, a menudo, una imagen vale más que mil palabras e incluso puede ilustrar o representar, por sí sola, la noticia sin necesidad de acompañarse de nada más. Las imágenes captan la desolación, la desesperación, la tragedia o el entusiasmo, sentimientos todos ellos inherentes al ser humano.
Muchas de las fotografías están acompañadas de detalles que las revisten, a modo de escenografía, que recrean o acercan el contexto al visitante. Atentados, catástrofes, cambios sociales, guerras, el clamor popular en las calles; pero también logros, avances y solidaridad forman parte de la selección mostrada en la exposición.
Pero no queremos desvelarles nada más, tienen hasta el próximo 28 de febrero para dedicar no mucho tiempo a hacer un breve, pero intenso, repaso a la historia, nuestra historia, la del siglo XX hasta nuestros días.