Cristal oscuro (1982) es la historia del camino que debe recorrer Jen, un pequeño ser elegido para acabar con las tinieblas en las que está sumido el mundo. Durante su viaje afronta grandes pruebas y peligros a los que intenta hacer frente con la ayuda de Kira, su compañera de destino.
Hace miles de años todos los seres vivían en paz sobre la Tierra. Un día, el cristal de la vida se rompió y los skeksis, seres malévolos con cara de buitre, sometieron bajo su yugo al resto de las criaturas. Ahora, transcurridos varios milenios y justo cuando se van a alinear los tres soles, el cruel imperio de los skeksis puede llegar a su fin o perpetuarse para siempre. Solo un pequeño gelfling, otro habitante de estas tierras, puede hacer que la luz vuelva al mundo. Solo él, el único de su raza que sobrevivió a la sanguinaria matanza de los skeksis, puede encontrar el fragmento del cristal que se rompió para recomponerlo y hacer que el reinado del mal termine.
Jen es el gelfling llamado a cumplir la profecía según la cual uno de su linaje acabará con la oscuridad del mundo. Desconoce qué debe hacer y a dónde debe ir, pero sabe que ese es su destino. Por eso no duda y empieza su camino. Este viaje iniciático le llevará a enfrentarse a sus miedos por escarpadas montañas y tupidas selvas llenas de amenazas. En él también descubrirá sus orígenes y encontrará a la otra única superviviente gelfling de la tierra, Kira, con la que unirá su alma y recorrerá el resto del camino.
En esencia, Cristal oscuro es una historia de vida narrada por unos muñecos. A los diez minutos de película, el espectador se olvida de que está ante unas marionetas y se sumerge en la profundidad del mensaje que transmiten. Ese es el poder de las buenas historias, que cogen al espectador por las solapas y no lo dejan tranquilo en la butaca hasta el final de la sesión.
Jim Henson, el mítico creador de los teleñecos, lleva a la pantalla, junto a Frank Oz, una obra inmensa por el titánico esfuerzo artesanal que requirió su rodaje. No solo se crean títeres, sino que se engendra todo un universo de la nada. La escena se puebla de animales fantásticos (podlings, mystics…) y paisajes extraordinarios. En el camino de Jen todo goza de gran vitalidad. Todo se mueve y acompaña al héroe en el trayecto hacia su inexorable destino. Este es uno de los puntos que más puede sorprender a los que decidan ver este film: ante nuestros ojos nada es lo que parece, cualquier cosa es susceptible de estar viva. Y, además de ello, Cristal oscuro es también una oda al expresionismo cromático. La pantalla se convierte en una verdadera paleta de colores en la que palpitan la vida y los sentimientos.
Esta película es además una inspirada alegoría. El cristal que mantenía la vida en paz y en equilibrio se rompió y la realidad se dividió entre el Bien y el Mal. Para que la armonía regrese al mundo, el cristal debe ser restaurado. Cuando eso ocurra, todas las criaturas volverán a ser una sola, acogiendo también dentro de sí el mal. Porque la vida no es buena o mala: es un todo y debe ser contemplada en su conjunto. El camino de Jen es así mismo una metáfora de la incertidumbre en la que transcurre gran parte de nuestra vida. Jen siente esa incertidumbre, pero confía en que las piedras le mostrarán el camino. Todo esto y mucho más es lo que enseña Cristal oscuro a través de sus bellísimas marionetas.
Para muchos espectadores, la emoción que desprende esta obra de aventuras, amor y enseñanzas es muy superior a la que experimentarían si los protagonistas fueran actores humanos. Parece que sintamos más cercanos a los muñecos que a las personas, puesto que estos son totalmente inocentes y, en definitiva, son arquetipos que representan lo más puro de nosotros.
El impacto que causó esta película en su momento hizo que en 2019 se estrenase la miniserie Cristal oscuro: La era de la resistencia. Esta producción, también de una enorme calidad, nos retrotrae directamente al mundo inventado en 1982. Sin duda, el visionario marionetista Jim Henson creó una fuente de la que hoy beben muchos artistas.
FICHA TÉCNICA
Título: Cristal oscuro
Dirección: Jim Henson y Frank Oz
Duración: 93 minutos
País de producción: Estados Unidos
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Autor: Jacobo García Ochoa
Editora: María González
Redactora jefa: Alexia Pavón
Coordinador: Víctor Lope Salvador