Clara Huete Galle nació hace veintiún años en Pamplona, la acogedora capital navarra. La gente la conoce por ser Clara Galle: actriz y modelo española. Se interesó desde muy pequeña por la interpretación y después de haber estudiado el Bachillerato de artes escénicas en el Instituto Plata de la Cruz (Pamplona), tomar clases de danza urbana y ser modelo para muchas tiendas locales comenzó su carrera de modelo profesional en 2019 con el rodaje del anuncio para la marca de joyas Tous. Además ha sido imagen de otras marcas de ropa como Kaotiko o Arizona Vintage; o de cosméticos como NYX.
Fotografía: Clara Galle
Tras hacer un casting en Madrid para una pequeña producción, Clara se ha ido haciendo un nombre en el difícil mundo de la interpretación. En 2021 protagonizó el videoclip de Tacones rojos, obra del cantante colombiano, y amigo, Sebastián Yatra, pero no fue hasta el año pasado cuando esta navarra saltó a la gran pantalla.
Raquel Mendoza fue el personaje que Clara Galle interpretó en la exitosa y conocida película A través de mi ventana de la plataforma de streaming Netflix. La adaptación de la novela homónima de la escritora Ariana Godoy tuvo una acogida espectacular -llegó a ser la tercera película de habla hispana más vista de Netflix-. El éxito del filme hizo que la plataforma renovase la saga con dos películas más: A través del mar, que se estrena el próximo 23 de junio y la tercera, sin fecha de estreno todavía.
La novia cadáver es su película favorita: la recuerda como el momento en el que descubrió que podía tener su propia personalidad. Su actriz favorita es Meryl Streep pero no sabría elegir quién la interpretaría si su vida fuera una película. ¿El proyecto que la tiene ocupada ahora mismo? Estar de vacaciones. Sabe que después volverá a trabajar, algo que no siempre pasa. Creativa, exigente y muy responsable es de la forma en la que se define esta navarra a quien las oportunidades no le paran de llegar.
Estos días Clara está en Pamplona de vacaciones, algo que no ocurre muy a menudo. Le gusta hacer deporte y sobre todo, cuando está en su ciudad natal, coger la bici e irse de ruta con su padre a ver paisajes. Entre paisaje y paisaje Clara ha sacado un rato para tomarse una té al sol en un bar de la céntrica Plaza de Yamaguchi.
– ¿Cuál fue esa interpretación que te despertó el querer ser actriz?
Desde pequeña, mis padres me han llevado mucho a los teatros y musicales. Cuando fui a ver el musical de Sonrisas y lágrimas se me despertó algo de “jo, yo quiero hacer eso”. Cuando me llevaban al teatro siempre les preguntaba: “¿Cuándo me puedo apuntar?”
A los 8 años hizo un casting y la cogieron. Nunca fue a clases de interpretación. En el verano antes de empezar Bachillerato se aburría y puso en internet “actores, casting, representante, Madrid” y le dio al primer resultado que le salió. Mandó sus datos y selfies, en vez de fotos profesionales. La llamaron 3 meses después cuando ya se le había olvidado.
Nunca ha tenido la intención de ser actriz, ha tenido el deseo, dice. Estudiaba ciencias. Quería ser cirujana. Lo único que hizo fue aprovechar las oportunidades que se le brindaban. Una de esas oportunidades que Clara no desaprovechó fue la de ser protagonista en una película de Netflix.
– ¿Cómo se pasa de ser Clara Huete a la chica de A través de mi ventana?
No me he enterado. Yo sigo siendo Clara Huete y me sigo comportando igual y haciendo las mismas cosas. Mi vida no ha cambiado para nada, solo trabajo de lo que me gusta pero hay días en los que me tengo que ir a hacer premieres o fotos. Pero en mi día a día, yo hago lo mismo: llamo a mis amigos de siempre, hago deporte, leo, pinto,… No ha cambiado nada.
– ¿Cómo preparaste el personaje de Raquel en A través de mi ventana?
Tuvimos muchos ensayos. Siempre he sido muy organizada y tenía un diario de lo que hacíamos en cada ensayo. Yo no había ido a una escuela de interpretación, por lo que nadie me había enseñado a tener un método de organización. Tiraba mucho de intuición y es una parte que se te olvida un poco conforme vas creciendo profesionalmente. Muchas veces digo que aprendo más de la Clara que hizo la primera película que la de ahora.
Al acabar el rodaje recuerda que lloró un montón. “Es como terminar una vida”, rememora. Otro de los momentos más importantes de su carrera fue la grabación de Tacones rojos: “Yo ese día me sentí tan afortunada. Volví a mi casa con el ramo de girasoles que sale en el videoclip y pensé: “¡Qué experiencia tan bonita! ¡Qué afortunada soy de poder vivir todo esto! Ojalá me pasen más cosas así”.
– ¿Prefieres personajes que se parezcan a ti o alguno que no tenga nada que ver? ¿Te hacen sentir diferente?
Yo prefiero que no tengan nada que ver, pero creo que se parezcan a ti es muy guay porque ni tú te das cuenta de que se te parecen y cuando los vas haciendo dices: “Ostia, yo soy así”. Muchas veces encontramos más cosas de las que pensamos en personajes que en un principio no nos parecemos, y en personajes que pensábamos que al principio no se parecían encontramos partes totalmente nuevas.
– ¿Cuál es el papel en el que más has reconocido a Clara?
Yo creo que en ninguno. Sí que es verdad que Raquel en ese momento quizás por esa inocencia se parecía un poco más, pero ahora mismo, creo que no se parece ninguno a mí.
– ¿Tienes problemas para librarte de los personajes después de un rodaje?
¡Uy sí! No es que tenga problemas pero sí que es verdad que me cuesta. Supongo que a todos los actores les pasa lo mismo, sobre todo si se meten mucho en el papel. Yo siento que necesito muchos días para estar sola. Para “desintoxicarme”. Necesito días de no ver a nadie para volver a encontrarme a mí y meterme de nuevo en la burbuja. Al fin y al cabo has parado toda tu vida para hacer de alguien que no eres tú y después de tantos meses tienes que volver a tu vida, en la que todo ha seguido en marcha, sin que tú te hayas dado cuenta. Mis amigos creo que no se dan cuenta pero me ayudan mucho a volver a Clara.
Fotografía: Clara Galle
Su sueño es hacer un papel de superheroína, porque las considera una mezcla entre el deporte y el empoderamiento femenino. Cree que hay una clara diferenciación entre la vieja escuela y la nueva, muy marcada por el fenómeno de las redes sociales, que han sido primordiales a la hora de encontrar perfiles de actores. Reconoce que es un mundo muy difícil, donde solo unos pocos “privilegiados” pueden llegar a vivir de ello y es consciente de que “está en un lugar muy privilegiado”. Clara no desaprovecha “ninguna oportunidad y más teniendo en cuenta como está ahora el panorama en la interpretación”.
– ¿A qué papel le dirías que sí sin pensártelo?
Diría que sí a todos -risas-. No tengo un tipo de personaje al que le diría que no. Me gustaría hacer personajes de todos los colores. Yo creo que depende más del momento, no del personaje y de lo que quiera transmitir en el personaje.
– ¿Qué es lo que más te asusta de la interpretación?
No ser fiel al personaje. No me gustaría llegar a que si el personaje existiera me dijera: “Esto no es así” o “no estás haciéndolo bien”. No me asusta ni entrar, ni quedarme en el personaje y jugar.
El momento que más ha marcado a Clara fue tras el rodaje de la película. Estuvo muy triste porque después de estrenar la película, inmediatamente, empezó a rodar la segunda y no pudo verla ni con su familia, ni amigos,… No tuvo un descanso para poder ir a Pamplona y asimilar todo.
En ese momento estaba rodeada de alguna compañía que no le hacía bien y le hacían sentir muy pequeña en un momento en el que estaba haciendo algo grande: “Tuve que aprender cómo grabar la continuación de una peli estando muy triste y pasando de tener una felicidad inmensa en el rodaje de la primera a preguntarme en la segunda: ¿Cómo se hace esto?”.
– A la hora de estrenar algo, ¿qué es lo que más te preocupa? ¿Qué le guste al público, la taquilla…?
Me preocupa no dar cringe -risas-. Ya tengo muy integrado que la gente puede opinar de todo. Hay cosas que las hago super bien y cosas que todavía no; hay cosas que las hago fatal, pero en algún momento las haré mejor. Yo creo que ir con la mentalidad de que no lo sé todo, me da un alivio de decir: “bueno, estoy aprendiendo”. Me preocupo cuando estoy rodando porque el control está en mis manos, pero una vez ya está montada, yo ya no tengo nada más que hacer.
– ¿Las películas están para dar lecciones?
Sí, claro. A través de mi ventana es una película de adolescentes, pero también creo que hay muchos mensajes escondidos. Para una persona que no sea adolescente, lo verá como que está todo aprendido, pero para una niña más joven son este tipo de películas con las que empatiza y aprende. Obviamente claro que todas las películas dan lecciones. Si no, ¿para qué están?
Clara piensa que después de este último año, con todas las películas que se han estrenado: Cinco lobitos, Alcarràs, As bestas, Mantícora,… han marcado un cine español increíble y que, España está volviendo a demostrar que el cine español tiene muchísimo potencial. Cada vez somos más los que nos estamos dando cuenta de que los actores -y demás personal de cine-, están subiendo de nivel, y a su vez, el cine español. La cultura española es única. Para Clara, España es muy variable, y se pueden contar muchas historias diferentes dentro del territorio español.
– ¿Qué le dirías a alguien que quiera ser actor?
Primero que se pregunte si realmente quiere serlo. Es una profesión que desde pequeños muchos y muchas hemos soñado con serlo. Se habla de que es algo muy bonito, y lo es. Es precioso, pero muy sacrificado. Requiere mucho esfuerzo y es muy duro. La pregunta más generosa que alguien se puede hacer es: “¿Realmente quiero ser actor?” Y a partir de ahí tirar para adelante y escuchar.
– ¿Y si tus hijos te dijeran que quieren dedicarse a la interpretación?
Si realmente es lo que quiere ser, yo obviamente le apoyaría. Me aseguraría de que tuviera otros hobbies o pasiones, porque a mí es lo que me ha ayudado a que mi pasión sea sana y estable.
Las personas son lo mejor que le ha traído a Clara estar en este oficio. Ha podido conocer a personas increíbles en esta profesión y ha confirmado las personas que antes de esteempleo estaban en su vida, ya que “pierdes mucha gente, porque tienes muy poco tiempo y cada vez tus filtros son más pequeñitos”. En la otra cara de la moneda, lo peor para ella de este trabajo ha sido lo que le hace sentir la exposición. Ella era un libro abierto y más confiada de lo que es ahora. Ahora, cuando le pasa una cosa buena -o una mala-, tiene “que pensar a quien contárselo, porque esa información ya no solo me incumbe a mí”.
Su objetivo como actriz a corto plazo es disfrutar y contar historias que tienen que ser contadas. Muchas veces ha visto obras que le han cambiado la vida y aportado valores y afirma que ahora tiene la oportunidad de ser ella quien cuenta esas historias. A largo plazo quiere hacer una carrera que inspire a otras personas a hacer lo mismo.
Lo que más le gusta de ella misma es que se nunca rinde, algo en lo que ha estado pensado estos días mientras estaba de vacaciones, ya que al estar tan atareada, con tantas cosas, “tú sigues para adelante, siendo consciente, pero no del todo”. Clara para llegar a donde está es consciente por todo lo que ha tenido que pasar. Ahora ve todo con perspectiva: muchísimas veces le dijeron que no, se ha pegado muchos palos y ha estado en sitios en los que no ha sido cómodo estar y aun así, ha seguido para adelante. Últimamente está muy agradecida a esa Clara luchadora y “ojalá siga siendo mucho más tiempo así”. Eso es lo que más le gusta de Clara.
– ¿Crees que eres una de las actrices que va a marcar a esta generación?
Sí que es verdad que he tenido la oportunidad de haber podido hacer una película que ha marcado mucho a nivel adolescente. La saga va a ser algo que van a pasar los años y la gente no se va a olvidar de eso, y creo que puede que, si sigo dando los pasos que sigo dando, sí puedo convertirme en una figura que marque esta generación. Yo no quiero ser recordada como: “Ala, mira la actriz más famosa”. Yo quiero que se me recuerde como una actriz que ha hecho una carrera en la que se han visto historias de todo tipo. Y ojalá serlo. Quiero que como se me vaya a ver sea como un referente bonito e inspirador, y no como uno vacío y que simplemente ha hecho hablar durante cierto tiempo.
Autor: Alejandro Gascón Díez