En la calle Mas de Matas, justo al lado del instituto La Azucarera, está ubicada la Asociación Utrillo. Un centro de familias que lleva 27 años dando un espacio de trabajo y aprendizaje para aquellos con discapacidad intelectual. Como bien dice Susana, trabajadora social de Utrillo: “El fin de la Asociación es la integración de las personas con esta condición”.
Susana asegura que hay actividades de todo tipo. Por un lado, está el centro especial de empleo, un área de trabajo remunerado donde principalmente trabajan en la lavandería industrial, pero a veces se hacen tareas mecánicas como serigrafía. Por otro lado, el centro ocupacional; en el que hay talleres de lectura, matemáticas, autonomía, barro, pintura, musicoterapia o deporte, entre otros. También se realizan salidas culturales y algunos fines de semana, además de diferentes actividades de ocio . Incluso, en verano organizan campamentos.
“En nuestra asociación atendemos a mayores de 18 años -explica la trabajadora social– pero a las actividades de ocio a veces vienen personas más jóvenes”. La mujer hace hincapié en la evolución de los servicios sociales a lo largo de los años: “Ahora hay plazas concertadas por el Gobierno de Aragón”.
«si hay interés siempre habrá algo en lo que puedas ayudar»
Una actividad de ocio muy novedosa es el “Grupo de Amigos/as”, en el que algunos jóvenes de la Asociación disfrutan de salidas con voluntarios. “Lo que hacemos es salir como en un grupo de amigas normal -dice una de las voluntarias– son personas que por diferentes motivos no pueden salir tanto como lo haríamos los demás y lo que hacemos es darles el apoyo para que puedan salir y pasárselo bien”. “Lo que más me gusta es crear una amistad con las personas a las que ayudo -añade otra- no te ven como alguien que simplemente les ayuda, se crea un gran vínculo”.
De acuerdo a la trabajadora, la Asociación consta de 30 voluntarios y 10 miembros del equipo profesional para cerca de 70 usuarios (7 del centro especial de empleo y alrededor de 60 del centro ocupacional). “Para ser voluntario hay que saber adaptarse al ritmo de estas personas, si hay interés siempre habrá algo en lo que puedas ayudar”, asegura. Una de las voluntarias afirma: “Parece que hay mucha ayuda, pero no la hay, y hay mucho estereotipo sobre la gente con discapacidad sea física, mental o de cualquier tipo”.
Es evidente que la Asociación Utrillo no cree que su función haya terminado. Cada vez que alguien necesite un lugar para aprender, ellos le tenderán la mano.
Autora: Andrea García Cubilla
Editora: Dèsirée Cremades Jiménez