Cristina Rodríguez y Sara Brun presentaron en Zaragoza el pasado 20 de diciembre su libro, “De mujer a mujer”; dos mujeres, dos amigas que conversan sobre lo que significa ser mujer hoy en día. Por un lado, Cristina Rodríguez, figurinista, estilista y actriz, cinco veces nominada en la categoría de mejor diseño de vestuario en los Premios Goya y que ha colaborado en exitosos formatos como “Cámbiame” o “Élite”. Por otro, Sara Brun, quien ha dedicado gran parte de su carrera a la televisión, y ha sido productora de series como “La casa de los líos” o “Cuéntame cómo pasó”.
En el libro reflexionáis sobre lo que significa ser mujer hoy en día. ¿Cómo ha evolucionado la mujer durante este siglo?
Cristina Rodríguez (C.R.): Ha cambiado en el sentido de que somos más visibles… Mejor dicho, nuestros problemas son más visibles. Antes había gente que pensaba que no teníamos problemas, que la igualdad era una estupidez y que estaba todo bien. Pero, de repente, hemos levantado la mano y hemos dicho: “¡Ey! Queremos ser iguales”. Hay gente a la que le parece horrible esa idea del feminismo… debe ser que no les viene bien que seamos iguales.
¿Es fácil hablar de lo que es ser mujer hoy en día, o todavía sigue habiendo prejuicios, incluso entre las mujeres?
C.R.: Creo que eso es un tópico y no es verdad. Entre nosotras nos ayudamos, nos entendemos, nos apoyamos… No puedo soportar que haya mujeres que digan que entre nosotras somos malas. No es verdad. ¿Por qué nos ponen estas etiquetas? Puedes tener, por ejemplo, una jefa mala, sí… ¿pero cuántos jefes malos han tenido? A mí me gusta que mis amigas sean brillantes, y yo me siento muy orgullosa de ellas. Creo que tenemos que quitar tópicos. Yo prefiero tener jefas que jefes. Las jefas son mucho más empáticas. Digo que somos raza superior, y tenemos unas capacidades que no tienen los hombres. Hago un discurso un poco feminazi. Los hombres se han enfocado al trabajo, y nosotras a veces nos hemos centrado más en cuidar a los nuestros… por esto es muy complicado estar al 100%.
¿Crees que dificulta esto a la hora de que una mujer triunfe?
C.R.: El problema es externo; nosotras tenemos un techo de cristal, por lo que es difícil acceder a según qué cosas. Yo solo he trabajado en mi vida con dos directoras de fotografía, y he hecho más de 70 películas. Esto es porque es muy difícil acceder a este trabajo. Tú, como mujer, no tienes miedo… los que tienen miedo son los demás. Tú no te pones la traba, te la ponen los demás. En general, somos ambiciosas. Si nos cuesta llegar es porque el camino es mucho más abrupto para las mujeres.
Cuéntanos qué es “el alma femenina”.
C.R.: Nosotras tenemos sensibilidad y empatía. Entendemos si el otro está mal, si tiene un problema… Un hombre ve que te han cortado el brazo y dentro de cinco horas te dice: “Uy, ¡si no tienes brazo!”. Nosotras tenemos ese alma femenina, que la ponemos para todo lo que hacemos. Nuestro sello es ponerle corazón a las cosas.
¿Uno de los mayores problemas es la falta de empatía?
C.R.: Hay veces que alguien te cuenta un problema, y tú no le escuchas porque dices que tienes uno mayor. Pues no, primero escucha el problema que te están contando. Sin empatía es muy difícil que tengamos una sociedad justa, y hay que ir hacia ahí, aunque realmente estamos yendo en contra. Vemos a la gente en televisión y mientras decimos que nos dan pena, nos vamos de compras. Ahora, con el tema de los inmigrantes…, ¿a alguien en el mundo le apetece subirse a una patera en medio del océano y venir a un país en el que no tienen dinero ni contacto con su familia, y tienen que ir para buscarse algo mejor? No. Lo hacen por lo mal que están viviendo en su país, y encima aquí les tratamos mal. Vienen a sobrevivir. Está claro que tenemos que solucionar el problema de ahí, de su país de origen, pero no podemos abandonarles.
Os definís como mujeres seguras de sí mismas, sin complejos… ¿Este libro es una invitación a que la mujer se tiene que querer más a sí misma?
Sara Brun (S.B.): No es un libro en el que digamos que somos estupendas, contamos nuestras miserias, las miserias de unas mujeres que intentan sobrevivir a todo. Pero como nos reímos de nuestros problemas, pues sí que invita a ser mujeres sin complejos.
En otras presentaciones del libro, o incluso algunos compañeros vuestros de profesión, han manifestado no estar de acuerdo con las “etiquetas” que impone la sociedad. ¿Por qué?
S.B: Es una cuestión del feminismo. Tú puedes elegir llevar rosa, pero no por una imposición. También es importante que todas las mujeres nos unamos; el mundo en general es muy machista.
C.R: El feminismo pasa por la libertad de decisión. Lo que tenemos que hacer es quitarnos prejuicios. ¿Somos felices? A veces sí, otras no. Es necesario que tengamos amigas y que nos ayudemos entre nosotras.
Con el tema de las redes sociales cada vez estáis más expuestas al público, y eso, en parte, hace que gente, desde perfiles anónimos, os critiquen sin medida. ¿Os habéis tenido que enfrentar a alguna crítica, insulto o menosprecio por ser mujer?
S.B: ¿Por ser mujer? Yo no, pero yo solo tengo Facebook, que es más profesional. Cristina seguro que sí.
C.R: Sí, pero me importa un bledo. A veces subo una foto en la que se me ve mucho escote, y me critican por ello. Pero yo les digo: “Es que tengo tetas”.
¿Qué le diríais a una persona que todavía no ha leído el libro?
S.B: Que se va emocionar y a pasarlo bien. Se hace un recorrido por todos los temas que nos importan a las mujeres: la no maternidad, el patriarcado, amistad, amor… También se habla de la dependencia del amor. Me gustaría que cualquier mujer se diera cuenta de lo que no es el amor. También es interesante conocer cómo funciona la mente… A veces un ‘hola’ de una persona que no conoces, te viene muy bien.
C.R: Es un libro interesante para gente mayor y para jóvenes, porque parece que llevamos toda la vida buscando el príncipe azul.
S.B: Sí, pero no porque no existe, que tampoco. Porque parece que solo podemos ser completas si tenemos una pareja. Lo que tenemos que buscar es el amor hacia nosotras. Hemos tenido que dar explicaciones por no tener hijos, pero yo creo que dentro de unos años eso ya no se cuestionará. Es el legado que os dejamos. Encima la respuesta puede ser ‘porque no quiero’ o porque haya una realidad muy dura detrás.
Entrevista y fotografías de Ana Calvo y Naiare Rodríguez