El Casademont Zaragoza Femenino consiguió casi un milagro, ganando la Copa de la Reina con tan solo tres años de existencia. El equipo logró llevarse el preciado trofeo el pasado abril en su propia casa, Zaragoza. “Damos gracias a la afición, si no fuera por vuestro apoyo no habríamos podido ganar”, comentó la capitana del equipo, Vega Gimeno, tras ganar el título.
Pero esta historia inesperada de éxito tuvo unos antecedentes mucho más complejos. Es una verdadera historia de superación. Durante años, Zaragoza tuvo su cota femenina de baloncesto gracias al Stadium Casablanca. Este club de cantera había llevado a lo más alto el baloncesto femenino zaragozano, gracias a Mann-Filter, la empresa que entró como patrocinadora principal y dio el nombre al primer equipo en Liga Femenina Endesa. Sin embargo, y lamentablemente, Mann-Filter anunció su renuncia de seguir apoyando el baloncesto femenino, pero en junio de 2020 se produjo un pacto de vinculación con el Casademont Zaragoza que acabó salvando al equipo. A ellas. Además, se inscribió otro equipo en Liga Femenina 2, que con el nombre de Stadium Casablanca tendría como principal finalidad el apoyo a la progresión de las jóvenes promesas aragonesas: la “Generación Z” femenina.
Primera plantilla del Casademont Zaragoza femenino. Fotografía: Casademont Zaragoza.
Casademont Zaragoza tenía claro que su apuesta era forjar un proyecto con ambición, como la que habían hecho otros clubes como Valencia Basket. Y tras una primera temporada de transición en la que se peleó por no descender, el equipo acabó en decimotercera posición y comenzaron a verse brillos de gran juego. Aunque sus dos primeros años acabaron con déficit económico, acumulando unas pérdidas de 160.521 euros en la 21-22 y de 116.947 en la 20-21, sin embargo, en la temporada 2021-2022, el éxito deportivo acompañó al equipo: acabó en quinta posición, consiguiendo así una plaza para debutar al año siguiente en Eurocup, donde alcanzó los cuartos de final y cayó con todos los honores y la cabeza alta.
La palabra “RASMIA”, que tanto ha caracterizado al basket zaragozano, llegaría a su culmen unos meses después, en un partido de récord de la Copa de la Reina, en el que el Príncipe Felipe agotó sus entradas, ante 10.800 personas. El Casademont se enfrentaba a Perfumerías Avenidas, uno de los mejores equipos de la competición y que partía como claro favorito. Pero, finalmente, Casademont le dio la vuelta al partido, consiguiendo una victoria de infarto que sus aficionados nunca olvidarían. De esta forma, el equipo maño acabó coronándose como campeón de la competición.
Aquello fue el premio al trabajo y al compromiso de todos los seguidores zaragozanos. Porque si la ciudad se había volcado con la Copa de esa manera era porque también lo estaba con el equipo, y eso era algo que se podía comprobar cada jornada. También fue un éxito gracias a las retransmisiones de los partidos en Aragón TV, que aumentó la visibilidad y el seguimiento del baloncesto femenino. Aunque esa no era la única recompensa, ya que el título traía consigo, además de la clasificación para la Supercopa LF Endesa, una plaza en Euroliga, la máxima competición continental. Incluso llegaron a ser las pregoneras de las Fiestas del Pilar 2023.
«Pregón» de las Fiestas del Pilar. Fotografía: Oliver Duchs.
Ahora mismo, el Casademont Zaragoza Femenino ha logrado un importante impacto social congregando a más de 3.000 personas en cada partido en casa, además de ir en estos momentos en segunda posición de la Liga y en tercer lugar de su grupo de la Euroliga. Pero lo más importante es que jugadoras como Vega Gimeno, Leonie Fiebich o Mariona Ortiz son ahora un ejemplo a seguir para muchas de las niñas que tienen como sueño dedicarse al baloncesto profesional.
Autora: Laura Jiménez Fandos
