Texto: Arancha Díaz. Fotografía: Pedro Pérez.
Este joven asturiano, de 32 años, es youtuber. Su canal, “El cubil de Peter”, tiene más de 173 000 suscriptores, pero Pedro es mucho más. Es profesor de Historia en un instituto de Gijón, ha escrito “Un día en el Imperio Romano”, ha colaborado en el programa de La 2 de TVE “El condensador de Fluzo” y, actualmente, se encarga de la sección de historia en el programa de RNE “Una noche en el laberinto”.
P: ¿Cuándo supiste que querías estudiar Historia y dedicarte a la docencia?
R: Lo de estudiar Historia lo vi como opción viable en Bachillerato. Realmente no tenía nada claro qué quería estudiar, me gustaba Enfermería, Comunicación Audiovisual y también Historia. Al final me decidí por Historia porque era la única que mis padres me podían pagar. También hice voluntariado en el mundo de los scouts y me gustó el trato con los chavales. Así que, ya en la carrera, como se me daba bien y me gratificaba, opté por la salida de la docencia que era la que mejor se adaptaba a mi personalidad y mi forma de ser. Me gusta mucho transmitir, comunicar y que tenga un valor añadido, ayudar y educar.
P: Recordando tu época de estudiante, ¿te hubiese gustado que te hubiesen explicado la Historia como lo haces tú?
R: Si hubiese habido los recursos que tenemos hoy en día, gracias a las redes sociales, desde luego que sí. De hecho, creo que la imagen negativa que tiene la asignatura de Historia es porque la forma de enseñarla tradicional es una forma aburrida, muy lineal y monótona. Si la Historia no te la saben contar bien o de una forma entretenida es una asignatura horrible, sobre todo para los adolescentes.
P: En 2015 te lanzas a abrir el canal de YouTube “El cubil de Peter”, ¿de dónde surge la idea?
R: Mientras preparaba las oposiciones para profesor empecé haciendo vídeos en YouTube de videojuegos y cosas que me gustaban. Fue la que ahora es mi mujer la que me dijo que hiciese algo encaminado a difundir mis conocimientos, de lo que yo sabía, y fue una idea muy sensata. Comencé a hacer vídeos de poca duración de anécdotas de la historia y empezaron a gustar. Entonces, decidí hacer las cosas con mucho más rigor y a la vez me permitía quitarme la espinita de no haber estudiado Comunicación Audiovisual al crear y editar mis propios vídeos, todo de forma autodidacta.
P: Pero, ¿cómo se produce el salto para que seas uno de los youtubers con canal de Historia con más suscriptores del país?
R: Pues fue algo casual, en 2016 había un canal muy grande con un millón de suscriptores y me recomendó. Salí al final en uno de sus vídeos, a modo de mención, en el que decía que el mío era un canal de historia, antropología y arqueología muy riguroso. Ese día pasé de ser prácticamente irrelevante en la plataforma, con 3 000 suscriptores, a 12 000. A partir de entonces YouTube es una plataforma exponencial, se retroalimenta y, además, como los temas históricos son atemporales, eso permite que mis videos estén continuamente en circulación. El de YouTube es un crecimiento regular en comparación con otros canales que hay hoy en día.
P: Con 173 000 suscriptores, ¿se puede vivir de YouTube?
R: En la actualidad no, hace cinco o seis años sí se hubiese podido. La plataforma de YouTube era muy diferente a lo que es hoy. En la actualidad, con lo que ganas en redes sociales es con patrocinios y colaboraciones con marcas, que sean las marcas las que te paguen al mes por ser su imagen o hacer cosas puntuales para hacer un vídeo en el que promociones algo. En Twitch, por ejemplo, que ahora mismo es la plataforma rival de YouTube, es diferente.
P: Por lo que cuentas, parece que a YouTube le han salido competidores
R: Sí, muy potentes como es el caso de Twitch. De hecho, YouTube se está convirtiendo en un repositorio de vídeos que se está generando en otra plataforma. Twitch es en directo, hay gente que está a lo mejor tres horas en directo, luego lo descargan y de ahí pueden sacar vídeos de 15 minutos y lo suben a YouTube. Los que creamos contenido original y exclusivo para YouTube estamos supeditados y maltratados de forma sistémica y esto ha provocado que mucha gente se haya ido a Twitch. De hecho, también estoy en Twitch, pero de una forma secundaria y lúdica, sin ninguna presión porque no vivo de ello.
P: Y sobre la polémica en torno a los youtubers y su marcha a Andorra, ¿qué opinión tienes?
R: Personalmente entiendo la motivación, pero no la comparto. Esto es un debate complejo, ético y moral, que tiene muchas aristas e interpretaciones. Pero no estoy de acuerdo en que se vayan para pagar menos impuestos porque los servicios públicos, como la sanidad o la educación, se pueden mantener gracias a este pago. Opino que cada uno con su dinero, ganado honradamente como es el caso, puede hacer lo que le dé la gana, pero yo no lo haría. Hay que tener cuidado con el mensaje que se da porque puede ser muy peligroso dado que el público que sigue a los youtubers suele ser gente muy joven.
P: Desde septiembre de 2020 colaboras con la sección de Historia en el programa “Una noche en el laberinto” de RNE, donde somos compañeros, ¿qué ha supuesto esta nueva experiencia en el medio radiofónico?
R: No solo un crecimiento profesional, sino también personal porque soy un gran enamorado de la radio. Desde pequeño escucho la radio habitualmente, así que, para mí ha sido un sueño. La radio es un medio que, pese a la aparición de las nuevas tecnologías, sigue ahí, al pie del cañón.
