
Entrevista realizada por Galadriel Gil Martínez y Sarah Saidi.
La zaragozana María Coduras Bruna (Zaragoza, 1985) es doctora en Filología Hispánica por la Universidad de Zaragoza, además de profesora, investigadora y poetisa. Ha publicado varios libros, entre ellos Enajenación transitoria (Olifante, 2022). Hace unos años decidió asumir la coordinación del proyecto de Investigación del IES El Picarral, desde donde orienta y motiva al alumnado de bachillerato en la realización de trabajos de investigación con el objetivo de facilitar su transición hacia estudios superiores, especialmente la universidad. Un interesante proyecto que ha motivado nuestra atención.
PREGUNTA: Como coordinadora del proyecto, ¿podrías explicar en qué consiste?
RESPUESTA: Se trata de realizar un trabajo de investigación que facilite a nuestro alumnado de bachillerato la llegada a la universidad, aunque es cierto que como sabemos hay otros alumnos que van a ir a un grado superior o al mundo laboral.
Es un trabajo de iniciación a la investigación, en el que se dan herramientas bibliográficas y de búsqueda de información, tanto en papel como en formato digital, y que tiene dos fases. Una primera, que sería esta de la que estoy hablando, la versión escrita, y una segunda, que está más pensada para cualquier perfil de alumno, que consiste en exponer ese trabajo ante un tribunal especializado y amigo. La parte amiga es el profesorado y la parte especializada son colaboradores del mundo empresarial o institucional de Aragón. Intentamos dar mucha importancia a la exposición de esa investigación.
P: ¿Cómo surgió la idea del proyecto de investigación?
R: El Picarral es un instituto que nació con una filosofía de trabajo diferente, una metodología que huía de los libros de texto y que buscaba el trabajo cooperativo y por proyectos. Cuando llegamos a bachillerato se vio la necesidad de crear algo que viniese a cubrir ese espacio de proyecto, pero que tampoco dificultara a un alumno de bachillerato su preparación para la selectividad, la PAU, como se llama este año. Se pensó que este tipo de trabajo, que se da por hecho en niveles superiores y que nunca nadie se ha encargado de enseñarlo en la enseñanza secundaria, era el momento de implementarlo en primero bachillerato, porque en segundo no lo quisimos tocar.
P: ¿Se ha adaptado o evolucionado el proyecto desde sus inicios? ¿En qué aspectos?
R: Ha cambiado mucho, teniendo en cuenta que el primer año fue en plena pandemia, con lo cual las pocas colaboraciones externas que teníamos no se podían llevar a cabo de manera presencial. Cada año hemos ido puliendo el formato y aumentando sobre todo el número de colaboradores. Los primeros años no contábamos con el CSIC o con la Universidad de Zaragoza y ahora sí hay alumnos que se desplazan incluso a los laboratorios, pero eso al principio no lo teníamos. También ha mejorado mucho el formato, en el sentido de que los primeros alumnos sólo trabajaban por parejas de materias exclusivas que no variaban nunca, pero este año ya se ha conseguido que todas las materias del currículo de primero bachillerato entren en el trabajo de investigación, con lo cual cada alumno puede configurar según sus principales motivaciones o vocación en las dos asignaturas que mejor le vengan, no las que nosotros obligamos.
P: El IES El Picarral se distingue por desarrollar proyectos a lo largo de toda la trayectoria educativa del alumnado, desde los primeros cursos de la ESO hasta primero de Bachillerato. ¿Podrías explicar cómo esta metodología impacta en la educación de los estudiantes? ¿Qué diferencias observas en tus alumnos en comparación con los de otros institutos?
R: Como comentaba antes, lo que se intenta es dotar al alumnado de competencias de manera gradual. Cuando son más pequeños, no están en los primeros cursos de la ESO, aumenta el trabajo cooperativo para que sean más capaces de gestionar conflictos, que es algo de lo que más cuesta, sobre todo cuando alguien es adulto, quizás es menos flexible y moldeable y más rígido. Entonces ahí se trabaja sobre todo la gestión de conflictos. Cuando ya van subiendo en cuarto y hay tantas optativas, pues ahí ya deja de ser todo tan global y cooperativo y empieza a trabajarse un poco la especialización. Y en bachillerato se permite trabajar incluso individualmente o por parejas, de tal manera que ya cada uno se encarga más de gestionarse a sí mismo.
Y por otro lado trabajamos mucho el tema de la oralidad, o sea, la pérdida del miedo escénico. Con lo cual es la principal diferencia que encuentro con los alumnos que he tenido de otros centros. Yo puedo tener a un alumno de otro centro con expediente medio de sobresaliente y un alumno entre las mismas características de aquí del Picarral, pero sin embargo a nivel competencial de autonomía, de gestión de conflictos, de cooperación, va mucho más por delante. Y esto se aprecia luego en la facilidad que tiene para encontrar más oportunidades en el mundo cuando termina la enseñanza obligatoria y el bachillerato.
P: ¿Cómo ha cambiado tu percepción sobre la enseñanza y la investigación después de coordinar este proyecto?
R: Pues me ha sorprendido la implicación del alumnado, porque entiendo que es un trabajo forzado y obligatorio, que no está en ningún otro centro y que cuesta mentalizarlos en un inicio, pero sí que me ha sorprendido el grado de implicación y de motivación al final del proceso y durante buena parte del mismo, y un poco como el crecimiento personal y la satisfacción que eso supone. Y la otra cosa que me ha hecho cambiar un poco es la importancia que puede tener este trabajo para las decisiones a futuro de los alumnos o alumnas, porque conozco varios casos en los que han elegido después un grado universitario o una especialización, por lo que descubrieron al iniciarse en el mundo de la investigación.
P: Y han recibido un premio. ¿Qué supone para el IES el segundo premio “Exducere”?
R: Pues aparte de la recompensa económica que siempre viene bien, sobre todo nos interesa porque es una especie de altavoz. Este proyecto no está pensado para que solo disfrute el alumnado del Picarral, sino que lo ideal sería que hubiese una comunidad educativa, en este caso de Aragón, que pudiésemos no sólo compartir, sino incluso crear algún congreso o algún certamen de jóvenes investigadores. Entonces, al hacerse eco la prensa y otros medios, no supone esa recompensa más de lo social, porque ahora por ejemplo hay otro instituto en Zaragoza que está empezando este curso también a trabajar así. Y aunque sí que tenemos a AINVES (Asociación por la Investigación en Educación Secundaria), somos más de 15 centros a nivel nacional, pero nos faltaba un poco ese apoyo en nuestra comunidad aragonesa, siendo que éramos uno de los fundadores.
P: ¿Ha cambiado la percepción del proyecto dentro y fuera del instituto tras recibir este galardón?
R: Quizás no en concreto tras recibir el galardón, pero sí que a lo largo de los 5 años que llevamos ha cambiado muy en positivo, porque al principio no se le daba importancia, se tachaba al alumnado de que no iba a ser capaz de desarrollar esa investigación, de que no servía para nada más que para quitar horas de clase de las materias curriculares, y sin embargo cuando se han visto las exposiciones en público ante los tribunales, cuando nos han felicitado las instituciones que las presencian y hemos recibido algún premio de reconocimiento, entonces sí que se ha puesto más en valor la necesidad de un proyecto así, y también se ha facilitado a nivel organizativo dentro del centro, pues que tengan cabida dentro del horario lectivo de los alumnos y alumnas todas estas sesiones de apoyo
P: El proyecto de investigación cuenta con la colaboración de otros institutos, como algunos de Tudela y Madrid, que desarrollan iniciativas similares junto al IES El Picarral. ¿Consideras que esta cooperación es beneficiosa? ¿Qué actividades se llevan a cabo durante las jornadas en las que coinciden?
R: Sí, es completamente beneficiosa, porque lo que sucedía es que hasta la creación de INVES con el centro de Tudela, de Madrid y de Victoria, sí que existía el bachillerato de investigación en algunas otras comunidades autónomas, pero como algo institucionalizado. Había otros lugares, como nosotros, que lo hacíamos con formatos un poco diferentes y características que no siempre son las mismas, pero que no teníamos un apoyo ni educativo ni institucional detrás. Entonces lo que hicimos fue unirnos y gracias a eso hemos ido creciendo y nos han ido haciendo más caso, incluso en algún caso las instituciones también nos han dado alguna facilidad.
Las actividades que realizamos es intentar poner en comunicación sobre todo al profesorado y al alumnado de los centros a INVES, porque los alumnos por un lado están en la misma situación, es decir, aprenden los unos de los otros de sus propias investigaciones y el profesorado también evidentemente con las visitas a los otros centros ve que hay diferente, que no, y a veces pues también hemos modificado algo pensando en lo que hacen ellos y ellos igual a lo mejor han tomado alguna idea nuestra. Entonces fundamentalmente eso y la posibilidad de conseguir subvenciones y viajar, pues el año pasado el alumnado primero de bachillerato viajó a gastos pagados a Madrid, por ejemplo, durante dos días y pudo presenciar las defensas del IES Las Musas y sin pagar un euro, siendo que eso no hubiese sido posible a lo mejor de otra manera que todo el alumnado pudiese costear un viaje a Madrid en esa situación. Y en el año anterior fuimos de visita a Tudela al centro Valle del Ebro para ver como defendían su trabajo de investigación.
Deseo que este proyecto no quede en el IES El Picarral ni con el sello de una serie de profesores que lo fundaron, sino que sea extensivo cada vez a más centros públicos, porque considero que lo fundamental aquí es que es una educación de calidad pública con igualdad de condiciones y una cosa que sí que no he dicho y quiero destacar es que es para todo el alumnado de primero a bachillerato, que esto es el único centro nacional en el que ocurre, en los otros es por expediente académico, o sea, sólo los que tienen un 8 o más pueden acceder a este proyecto, cuando realmente lo satisfactorio es que todo el mundo, o sea, todo el alumnado independientemente de su expediente académico pueda acceder al proyecto.
EDITORAS: MARIOLA CONDE y ELENA BANDRÉS