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Libro de estilo

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           Imagen Pixabay

Editorial

José Antonio Gabelas y Carmen Marta Lazo

“Me gusta un estilo sencillo y natural, que sea igual sobre el papel y en los labios” Montaigne

Un texto periodístico es un texto integrado, que recoge elementos informativos (datos, hechos, testimonios, diferentes y contrastadas fuentes), pero también una opinión documentada y argumentada. Detrás de cada redactor hay un contador de historias, como nos recuerda León Tolstoi para explicar la fuerza narrativa de “Guerra y Paz”: “Yo no cuento ni explico. Muestro: dejo que mis personajes hablen por mí”. Mostrar en vez de explicar recoge la esencia de un buen redactor.

El lenguaje periodístico busca precisión, claridad y convicción. Escribir para la web no es escribir para el papel, ni para la tele, ni para la radio. La atención del usuario en internet aparece más volátil, fragmentada y dispersa, el texto digital se tiene que adaptar en la medida de lo posible al “salto del ojo”. Seamos claros, no podemos aplicar los cánones de la lectura y escritura impresa al ejercicio de lecto-escritura en la web. Lo que no significa que hoy se lea menos y peor que antes, entendemos que se lee y se escribe de modo diferente.

Las voces agoreras anuncian que se lee menos y peor, pero las evidencias muestran lo contrario. Los estudios del Pew Research indican que las tres cuartas partes de los estadounidenses han leído un libro en cualquier formato en los últimos doce meses. Cifra que se ha mantenido sin cambios desde 2012 hasta hoy. Los libros impresos continúan siendo el soporte más popular para estos lectores y el 73% leyó un libro impreso el año pasado. El promedio de lectura desde 2011 hasta hoy es de doce libros por año.

Si consultamos el Informe de hábitos de lectura y compra de libros en España 2019 , observamos que en España también ha crecido. El 68% de la población española lee libros, un 62,2% lee libros por ocio en su tiempo libre, con tendencia ascendente y el 27,5% lee por motivos de trabajo o estudios. Se produce un crecimiento en el total de lectores de libros del 8,2% respecto al 2018

Los cambios en los hábitos y modos de lectura siempre nos han acompañado, desde la lectura en grupo y en voz alta, hasta la individual y en silencio. Cambios a su vez también acompañados en la producción y edición de contenidos. Muy lejos quedaron aquellas pesadas tablas de arcilla, y los interminables rollos de pergamino, y manuscritos hasta llegar a internet. También han cambiado las audiencias y sus públicos, los primeros eran unos privilegiados, conocedores del alfabeto y la grafía, hoy la alfabetización ha llegado a muchos de los rincones del mundo, el acceso es inmediato, aunque queda un largo camino para aprender el filtrado y la distinción entre información y mentira, como muy bien muestra la constante proliferación de falsas noticias, bulos y rumores.

De modo que nos encontramos con ojos que rastrean las pantallas, que no leen, sino que ven. Ojos que sólo se detienen en algunas y pocas palabras. Mientras los motores de búsqueda de Occidente tantean y pulsan la zona izquierda de la pantalla. Una atención que flota en la superficialidad de varias pantallas abiertas por lo que se reclama textos reducidos, párrafos breves, procurando no perder profundidad ni contexto, para ello disponemos de los hipervínculos que garantizan diferentes itinerarios de lectura, acordes a los intereses del usuario.

Los estudios de Nielsen   el máximo referente en usabilidad y pantallas, describen y aplican el Patrón F, a los trazados de lectura del usuario. Este experto en usabilidad, concluye tras sus estudios e investigaciones de “eyetracking” que la mirada dibuja un patrón de lectura que adquiere la forma de F cuando se lee una pantalla. No se lee linealmente. Se hace primero una lectura horizontal de la línea superior de la pantalla, a continuación, la mirada traza un segundo movimiento horizontal, pero más corto, para deslizar la mirada vertical por la línea izquierda de la pantalla. Es decir, la pantalla no se lee, se escanea.

Señala Antonio Rodríquez de las Heras, en el “Anuario-Ace 2018 de Cultura Digital. El Lector en la era digital” , que “cuesta, en cambio, más trabajo disponerse a vivir un fenómeno que no va a amplificar , sino a alterar el escenario en el que estamos instalados. Esto significa que hemos entrado en un proceso crítico: el mundo que tenemos se nos reblandece (es el efecto de la niebla de ceros y unos del entorno digital: entra por todos los resquicios de lo establecido), así que ni siquiera se agrieta, sino que se deshace, por lo que no podemos ni apuntalarlo. Y ante esta incertidumbre hay que imaginar escenarios posibles”.

Este año Entremedios continua su mejora, mantiene la producción diaria de contenidos y presente el siguiente Libro de estilo que será la brújula que marque el norte de la redacción de sus contenidos.

José Antonio Gabelashttps://gicid.unizar.es/jose-antonio-gabelas-barroso/
Durante los últimos veinticinco años ha desarrollado una actividad profesional en cuatro ámbitos: la formación de formadores con los medios de comunicación social y los social media; la investigación en medios, en proyectos I + D + I españoles e internacionales; la producción de recursos didácticos en competencias mediáticas; finalmente, el diseño y la coordinación de proyectos de innovación en enseñanzas medias y educación superior.
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