Texto: Arancha Díaz. Fotografía: Javier Belver y Javier Cebollada.
Judith Prat es licenciada en Derecho, especializada en derechos humanos. Un buen día decidió salir de un despacho y mostrar al mundo, a través de sus fotografías, lo que estaba pasando para visibilizar a los más desfavorecidos. En la actualidad, es una de las fotoperiodistas españolas más reconocidas a escala nacional e internacional y con ella charlamos sobre cómo trabajó en los primeros momentos de la pandemia.
P: Judith, ¿qué es Covid Photo Diaries y cómo se crea?
R: Covid Photo Diaries es un proyecto que surge el mismo día en que se decreta el estado de alarma. El fotoperiodista Manu Bravo nos llama a siete fotoperiodistas más, ubicados en diferentes puntos de España, para proponernos hacer una cobertura sobre la pandemia, y hacerlo de manera conjunta para ofrecer una visión diaria y global de lo que estaba ocurriendo en España. Se crea una cuenta en Instagram donde cada día colgamos una foto y así lo hacemos durante todo el estado de alarma y durante varios meses. El proyecto no para de crecer y enseguida tenemos miles de seguidores en Instagram, publicamos nuestras fotos en medios de todo el mundo y con todo ello estamos a la espera de la publicación de un libro. Surge desde el profundo convencimiento de que teníamos que contar todo lo que estaba pasando en España. Un hecho tan insólito que sin duda iba a cambiar nuestras vidas y el paradigma que conocíamos hasta entonces.
P: ¿Cómo se logra captar los gestos, las emociones, ahora que todos llevamos casi todo el rostro cubierto por la mascarilla?
R: Hay muchas maneras de fotografiar, incluso los retratos se pueden hacer con mascarilla. Los momentos se captan con las circunstancias que hay. Un retrato con mascarilla dice mucho de lo que está ocurriendo, o retratos de médicos después de largos turnos trabajando con mascarilla, las marcas que les deja en la cara es un retrato muy interesante.
P: ¿Encuentras diferencias entre las fotografías que hacías antes de la pandemia y las de ahora? ¿Ha cambiado tu forma de mirar a través del objetivo?
R: No, en absoluto. Mi manera de trabajar es contando historias y decidí que iba a hacer lo mismo por lo que muy pronto empiezo a buscarlas dentro de la pandemia. Corría el peligro de fotografiar solo lo extravagante: las calles vacías, los aplausos, la mascarilla, pero eso no era todo lo que estaba pasando. Tenía la sensación de que debía profundizar y quería trabajar como lo había hecho siempre, contando historias. Por ejemplo, las personas mayores que vivían solas en sus casas, quién se estaba ocupando de ellas cuando a lo mejor tenían a los hijos fuera, cómo vivían esa soledad y quién los atendía. Así que hice un reportaje bastante amplio del servicio de ayuda a domicilio comarcal en Aragón, en la comarca de Cariñena y de cómo esas mujeres estaban atendiendo a nuestros mayores que estaban solos. O también dónde se confina quien no tiene casa.
P: ¿Por qué siempre tienes como objetivo dar visibilidad a la parte más vulnerable de la sociedad?
R: Porque son las historias de las personas anónimas las que a veces cuentan como es el mundo en el que vivimos. Ellas son las que tienen que sobrevivir a las circunstancias. Su día a día me interesa muchísimo más que los grandes personajes. El cúmulo de historias de las personas sencillas en donde se ve reflejada muchísima gente, son historias universales.
P: ¿Crees que como sociedad estamos abordando esta crisis sin dejar a nadie atrás?
R: Es una de las cosas que más me preocupaba y más me interesaba. Si como sociedad íbamos a ser capaces de esta sin dejar a nadie atrás, por eso puse mucho la mirada en los cuidados. Esta crisis ha puesto encima de la mesa la importancia de los cuidados en el sistema público, además gran parte de mi trabajo ha ido en esa línea. Si realmente somos capaces de salir de esta crisis reforzando el sistema público y de cuidado en el centro de las políticas, creo que tanto sufrimiento habrá merecido la pena, pero no estoy tan segura de que vayamos a salir así de la crisis, de que eso vaya a ser lo importante al final ni de que hayamos hecho esa reflexión colectiva.
P: ¿Has tenido miedo al contagio cuando salías a trabajar?
R: No, tenía más miedo a ser yo quien contagiara. Estoy acostumbrada a moverme en escenarios complicados donde mi preocupación es protegerme y en este caso era distinto. Al principio no teníamos ni siquiera mascarillas ni nada para poder salir a la calle por lo que comencé fotografiando mi propio confinamiento. Hasta que no empecé a hacer acopio de material no me atrevía a quedar con nadie por el riesgo que había a que yo fuese el peligro. Cuando ya tuve todo lo necesario para protegerme y proteger, fue cuando comencé a profundizar un poco. Era impensable poder fotografiar a personas mayores o que estaban confinadas sin garantías para ellos, tuve muchísimo cuidado en ese sentido.
P: ¿Con qué historia te quedas de la pandemia? ¿Hay alguna que te haya resultado más especial?
R: En general con la historia de las cuidadoras de la ayuda a domicilio de la Comarca de Cariñena, que son la historia de tantas otras. Pero hay una foto que me gusta especialmente, publicada por el New York Times y también expuesta en el Museo Reina Sofía. Es la historia de Mariano, un señor de Cariñena, de avanzada edad, y su cuidadora, Pilar. Pude hacerles fotos a los dos juntos en casa y su complicidad era fantástica. Me encantó esa historia, me encantaron ellos y es la foto de otras muchas personas.
P: ¿Qué consejo darías a los estudiantes que quieren dedicarse al fotoperiodismo?
R: Un fotoperiodista no puede tener solo una colección de buenas fotos, se necesita aportar información, arrojar luz y para eso es imprescindible y para eso es imprescindible tener cuantos más conocimientos mejor, no solo de fotografía, no solo de periodismo. Hay que conocer muy bien aquello que se quiere contar porque no se puede contar lo que no se entiende y para eso hay que saber de política, de economía, de geografía, de historia, de todo… Mi consejo es formarse en todos los ámbitos porque eso va a hacer posible no solo que hagamos mejores fotos, sino que transmitamos mejor y eso, en nuestra profesión, es fundamental.