Texto: Arancha Díaz. Fotografía: Ayuntamiento de Zaragoza.
José María Turmo (Zaragoza,1956) es un hombre inquieto que transmite pasión por su trabajo. La mayor parte de su vida laboral ha estado vinculada, de una u otra forma, al mundo de la cultura. Desde 2019 está al frente del Patronato de Artes Escénicas de Zaragoza.
P: ¿Cómo llega un periodista a estar al frente del Patronato de Artes Escénicas de Zaragoza?
R: Bueno, me parece un destino muy razonable para una persona que se ha dedicado siempre a la comunicación. Lo encuentro muy directamente relacionado con el mundo de la comunicación, entendida en su sentido más amplio. No me parece descabellado.
P: Pero quizá a alguien le pueda chocar…
R: Es verdad que las artes escénicas quizá requieren una especificidad más particular, pero se trata de tener cierta vocación, proximidad con el sector y todo esto yo lo he tenido. He trabajado en muchos periodos de mi vida con el mundo de las artes escénicas, del teatro y sus más diversas vertientes como puedan ser la empresa deportiva, cultural, he hecho muchísimas cosas, así como presentación y comisaría de exposiciones. En mi cargo me siento absolutamente cómodo, es como si lo hubiese hecho toda la vida.
P: Entonces tu afición por el teatro viene de lejos.
R: Claro, lo tengo desde muy jovencito. Primero como periodista, porque desde las páginas de Heraldo, incluso de otros medios, he tenido relación directa con el teatro, el mundo de la lírica, de la ópera, del ballet y la danza. Heraldo, como periódico generalista, te permitía la aproximación a todos estos mundos y desde ahí despierta la curiosidad y una cosa va llevando a la otra. Luego he tenido ocasión de trabajar en distintos aspectos del mundo de la empresa también en cosas muy similares.
P: José María, ¿qué criterio se sigue a la hora de dar espacio a los espectáculos?
R: El criterio es tener muy presente que esto es un teatro público y que debemos atraer el foco de todos los gustos. Hay que programar con lo que gusta y con lo que no tanto. Se trata de llegar a todo el público posible; al familiar, al exigente, público mayor, de mediana edad. Y cada vez queremos cuidar más al público más joven. El teatro parece una cosa muy seria, que lo es, pero tratamos de quitarle esa aura de seriedad, que la gente no tenga miedo para venir al teatro.
P: Veo que desde tu gestión hay un interés manifiesto hacia el público más joven, menos acostumbrado al teatro y más a otro tipo de formatos e intereses audiovisuales.
R: El público joven es el relevo, el gran reto es incorporarlos al target de público, sin descuidar al tradicional. Hay que captar a ese otro tipo de público a través de la música, por ejemplo, los musicales gustan mucho en Zaragoza. También a través de conciertos incluso para el público más joven como es el adolescente, dentro de lo que se puede hacer en los teatros municipales en los que no se puede competir con un palacio de deportes ni con un estadio de futbol. Tenemos que hacer acústicos.
P: Llegas al puesto en verano de 2019 y en marzo de 2020 aparece la pandemia, el confinamiento y el cierre total de los teatros, ¿cómo se afronta esa situación?
R: Fue un impacto para todos. El teatro Principal no se cerró ni siquiera en la Guerra Civil ni en la Guerra de la Independencia en el que se tuvo a disposición de los nuevos dueños. Bajo administración francesa enseguida se presentaron producciones para dar la sensación de cierta normalidad. Quiero decir que un cierre tan radical, tan absoluto como el producido la noche del 13 de marzo de 2020 no se conocía. Cerró todo el sector y aquí fue un impacto demoledor. Hubo mucha preocupación por algo que nadie podía esperar.
P: ¿Cuál es el aspecto más complicado de la gestión al frente del Patronato de las Artes Escénicas?
El aspecto más complicado es el día a día. El aspecto artístico es el más agradecido, la que da ciertas satisfacciones, sobre todo cuando el público acude al teatro.
P: La gente de Zaragoza es muy buen público para el teatro, ¿verdad?
R: Sí es buen público, sí, aunque también con mucho criterio, por ello hay que dar estándares de calidad. Zaragoza es una ciudad muy exigente para todo y en el teatro no podía ser menos.
P: ¿Le auguras un buen futuro al teatro?
R: Lo veo con optimismo porque el teatro, aparte de estar inmerso en esa permanente crisis, no solamente no muere, sino que se reinventa y sale cada vez proyectado hacia nuevas ofertas. En teatro cada vez vemos nuevas fórmulas, nuevas experiencias, nuevas tecnologías. El teatro es el primero que busca su lugar, se adapta y lo hace con gran éxito, gran creatividad y ahora se puede hacer de todo. El teatro es magia y creo que tiene un futuro espléndido. La gente se siente muy identificada con el directo, el público quiere el espectáculo en directo y a la gente no le da pereza venir y comprar una entrada que, por cierto, en Zaragoza, tienen consideración de tasas públicas, son precios aprobados por pleno y hay un cierto número de entradas a precios más reducidos que el cine.
P: Entonces, el precio de la entrada no es excusa para no ir al teatro
R: Aquí cada semana se puede venir por 5 euros. Se hace un gran esfuerzo para que el precio sea siempre asequible y de hecho es uno de los teatros con precio más normalizado, que para eso está el sector público detrás supliendo la diferencia que echaría a mucha gente para atrás a la hora de venir, para qué negarlo. También vamos a la ayuda directa de muchísimas producciones para que sean posibles pensando siempre en lo que pide el público. Creo que la ciudad está muy bien vestida, en la iniciativa pública y en la privada también, hay muchas empresas que hacen sus ofertas con un coraje empresarial encomiable. Hay muchas producciones que compiten y cada semana hay una gran oferta cultural en la ciudad de Zaragoza