Entrevista realizada por Rubén Bailo y los alumnos y alumnas de Fotoperiodismo el pasado 10 de noviembre en clase de la profesora Elena Bandrés. El invitado especial fue el fotógrafo zaragozano Eduardo Ezequiel, que impartió una clase magistral.
De codearse con la actual vicepresidenta de los Estados Unidos, a fotografiar momentos únicos en lugares recónditos que solo existen en el imaginario colectivo. Eduardo Ezequiel es un joven zaragozano que, con tan solo 28 años, ha recorrido medio mundo motivado principalmente por sus dos pasiones: la fotografía y los movimientos político-sociales. A lo largo de siete años ha trabajado para el Gobernador de California, ha participado en campañas políticas con mujeres como Kamala Harrias, y ha viajado por todo el mundo. Desde visitar la frontera de México con Estados Unidos o a antiguos miembros de “La 18”, hasta rincones poco conocidos de Guinea Ecuatorial. El fotógrafo impartió una clase magistral el pasado 10 de noviembre a los alumnos de tercero y cuarto de periodismo para la asignatura de Fotoperiodismo.
Junto a su cámara de fotos ha experimentado momentos únicos que lo han convertido en la persona que es hoy en día. ¿De donde surge tu pasión por la fotografía?
Me viene desde muy pequeño. En mi primera comunión me regalaron una cámara analógica “Olympus” y me quedé prendado de ella. A partir de entonces, recuerdo jugar y hacer fotos sin carrete solo por el placer de sacar el flash. Siempre era el típico chaval que llevaba su cámara digital en el bolsillo. Con las primeras propinas de mi abuela me compré mi primera cámara profesional, una “Nikkon D60”.
¿Siempre quisiste dedicarte profesionalmente a ello?
Siempre tuve la inquietud de la fotografía, pero en ningún momento ser fotógrafo profesional fue algo que tuviera en la cabeza. Vino de casualidad, ni en mis mejores sueños podría habérmelo imaginado. Lo tenía como un algo residual, pero me acompañaba todo el tiempo.
¿Como pasas de tener la fotografía como un hobby a trabajar de fotógrafo profesional para personas tan notorias como el Gobernador de California?
Una cosa en la que siempre había estado interesado, además de la fotografía, era en la política. Me di cuenta de que necesitaba aprender inglés, y me salió la oportunidad de irme un año de “Au pair” a San Francisco. En aquel momento era el año 2013, y tuve que vender mi cámara para costear los gastos. Con los primeros sueldos me compré mi primera cámara profesional, y tocando
puertas, acabé como becario en una consultoría política que llevaba a los principales políticos demócratas del país. No tenía ninguna aspiración, solo la inquietud de mirar el periódico todas las mañanas. Empezaron a confiar en mi y me metieron como becario del jefe de campaña del fiscal de distrito. En ese momento había una campaña para la ciudad de Oakland, y una concejala que se presentaba para alcaldesa, en las encuestas estaba como la tercera. Un día vino a la oficina y le recomendaron que se pateara la ciudad para que la conociera todo el mundo, y yo quise acompañarla. Nos recorrimos todos los bares de Oakland. En la última semana de campaña, yo grabé un spot de televisión con lo que habíamos hecho, la concejala acabó ganando. A partir de ese momento es cuando decidieron creer en mi. Trabajé con el alcalde de San Francisco haciendo los materiales para su campaña, e igual para el Gobernador de California y la, en su momento, fiscal general, Kamala Harris. Fue muy importante la confianza de una persona que confió en mi y en mis cualidades no como profesional, sino como persona.
Has trabajado para personas muy importantes en el ámbito político, por ejemplo, Kamala Harris acaba de ser elegida como vicepresidenta de Estados Unidos. ¿Has sentido mucha presión, y si es así, como afectaba esta presión a tu forma de crear arte?
Cuando la conocí, Kamala se acababa de proclamar fiscal general de California. Yo llevo trabajando con ella siente años, cuando la gente no la conocía. Hacía fotos con ella, la acompañaba cuando solo tenía una persona de seguridad… Lo primero de todo y de lo que más agradecido estoy es que al no tener la presión de comenzar a hacer fotos porque no me habían contratado, era libre de hacer las fotos que yo quería. No tenía esa presión de: “te he contratado y tienes una responsabilidad”. Cuando te dan la libertad para ser uno mismo es cuando vas a hacer las fotos que de verdad te salgan de dentro, y vas a poder comunicar tu visión de las personas.
A lo largo de estos años, en EEUU habrás fotografiado a muchos políticos, sobre todo habiendo trabajado diariamente con el Gobernador de California. ¿Has notado alguna diferencia a la hora de fotografiar a la actual vicepresidenta Kamala Harris por el simple hecho de ser una mujer?
Eso no está en mi. En California estoy acostumbrado a tener únicamente jefas. Erika fue la primera persona que creyó en mi fotografía, era la jefa de campaña de Oakland. Yo nunca me planteo lo de la mujer o el hombre, para mi, todas las personas son iguales, y no hay una diferencia especial. Eso lo tendrán que decir los personajes que yo fotografío. Kamala Harris ha roto todos los techos de cristal. Es una persona que se ha probado a si misma y que lleva rompiendo estereotipos desde que es fiscal de distrito de San Francisco. Fue la primera mujer fiscal general de California, la segunda mujer de color como senadora de Estados Unidos, y ahora, la primera vicepresidenta de color que ha sido elegida por los votantes para llegar a la Casa Blanca. También hablo de California, que es el bastión liberal progresista yo creo que del mundo entero. Gavin Newson fue la primera persona que, como alcalde de San Francisco, legalizó el matrimonio homosexual. El propio Obama creía en es época que era demasiado radical.
Con respecto a mi, yo no cambio mi manera de hacer las fotos para nada, pero si que entiendo que es diferente. A la hora de hacer fotos a mi me da igual que seas una mujer, un hombre o que no tengas un género definido, que seas de color o no. Yo me fijo en como eres como persona y en como miras a la cámara cuando tenemos contacto de ojo a ojo. Cuando tu tienes una conexión especial con la persona que tienes delante, te preocupas de verdad, y es algo genuino, de verdad te digo que el talento va a salir solo.
La reciente victoria del partido demócrata en Estados Unidos y la elección de Kamala como vicepresidenta ha generado una larga serie de noticias cuyos titulares hacían referencias hacia su vestimenta, su marido o el hecho de que era una mujer. En lo referente a los micromachismos, el racismo y la visión androcéntrica de la realidad:
Esto viene de países que somos muy retrógrados y conservadores. Inconscientemente, soy el primero que en mi cabeza tengo un poso muy tremendo de haber nacido en un país que es racista como lo es España. Un periodista español que no ha pasado mucho tiempo en Estados Unidos, para mi no tiene palabra en cuanto a valorar cuestiones de justicia social o raza en Estados Unidos. Es cuando vas y escuchas realmente a las personas de color que lo han vivido, cuando logras entenderlo. El saber ponerse en el lugar de otros te ayuda a poner todo en perspectiva. En este momento, la figura del hombre apoya la idea de que la mujer tenga poder, pero como fotógrafo, yo no habría sacado a su marido para nada. En mi experiencia puedo decir que las mujeres tienen una mirada para la fotografía mucho más refinada que los hombres, simplemente se que tienen un talento más especial.
Durante tu trayectoria has viajado mucho. ¿Notas alguna diferencia en la reacción de una persona mejicana cuando la enfocas directamente, que cuando enfocas a una
española o estadounidense, o crees que depende de la situación?
En México para mi fue fácil por la barrera del idioma. Siempre he tenido una sensibilidad especial hacia Latinoamérica. Si te tengo que decir un país que realmente fue muy duro para mi fue Guinea Ecuatorial. En el ranking está como el tercer peor país en cuanto a derechos humanos de todo el mundo, es súper hermético y solo puedes ir si conoces a alguien de dentro. Es una colonia española y aún así tenemos mucho desconocimiento sobre ello. Yo tengo un amigo que nació allí y acabé viajando a este país en el que más me a costado hacer fotografías. Volví con un trauma de decir: “¿qué estoy haciendo?”. Por regla general tenían mucha hostilidad hacia los fotógrafos por miedo a su dictador, y por el tema espiritual. He ido dos veces y ha sido muy duro.
En muchas ocasiones me cuesta hacer fotos en España porque no conecto tanto, igual es porque no tengo tanta curiosidad por el hecho de haber crecido allí. Lo más importante es invertir tiempo en conocer a las personas que capturas. Yo voy con mi cámara de carrete y es más sencillo empezar de esa forma, es mucho menos agresivo que vean una cámara que se ve que es antigua a una súper moderna. Además, les respeto mucho. El fotógrafo no es el protagonista de la historia, el protagonista lo tienes delante.
¿Cuál es el truco para conseguir que una foto tenga algo especial que la diferencie de otras?
Esa ha sido mi eterna duda, yo he pasado mucho tiempo en el que me frustraba por no parecerme a fotógrafos que yo admiraba. Solo es ahora cuando te das cuenta que cada uno tiene una mirada especial. Tú eres producto de todas esas fotos que ves, igual que el cineasta ve un director de cine que le gusta mucho como cuenta la historia, y lo intenta copiar. Aún así, en fotografía por mucho que te parezcas a otra persona, tu vas a hacer una foto que nadie mas va a hacer. Hay que moverse, perder el tiempo, investigar y no parar de elegir y componer diferentes fotografías. A raíz de investigar consigues crear y encontrar tu cultura y tu personalidad. Sale solo.
¿Cómo te ha enriquecido como persona este trabajo, para qué te ha servido?
La cámara ha sido una llave que me ha dado acceso a muchísimas experiencias personales. He tenido la oportunidad de adentrarme en lugares en los que nunca habría imaginado. Con la excusa de tener una cámara de fotos en mis manos. De las mejores cosas que me ha traído la fotografía es tener la compasión, y el poder ponerme en el lugar de otro en cualquier lugar. Y eso en mis relaciones personales me ha ayudado a comprender muchísimas situaciones familiares y de amistades, a saber moverme por el mundo… Y, sobre todo, el conocer a personas tan diferentes me ha enriquecido mucho para dejar de juzgar y ser objetivo. Sin mi experiencia en Guinea Ecuatorial no podría entender por ejemplo el racismo que existe en este mundo de la misma manera. Tienes que estar en un país así y sentirte de esa manera para poder hablar con perspectiva. Y creo sobre todo que en la labor del periodista es muy importante el tener experiencia personal y el moverse.