Entrevista realizada por Leyre Monreal López
Cristina Meraki (Zaragoza, 1989) es una escritora a la que le gusta sumergirse dentro de los libros. Presenta su segunda novela “Entre bosques y montañas”, una historia conmovedora, dulce y llena de sentimientos que hace reflexionar hasta llegar a identificarte con la naturaleza y con los actos cotidianos de la vida.
P- Estudió periodismo y tras trabajar en varios medios de comunicación, acabó siendo docente, ¿qué es lo que le hizo dar ese paso?
Aunque adoro el periodismo y el mundo de la comunicación, siempre he tenido una espinita clavada con la educación. Después de pasar por diferentes medios, diferentes agencias de comunicación y empresas de publicidad, me apetecía mucho probar y saltar al aula para poder transmitir a mis alumnos la pasión por la lectura. Estoy encantada con la decisión.
P-¿Cómo compagina su trabajo como profesora con su pasión por la escritura? ¿Hay momentos en los que uno influye en el otro?
Al final si te gusta algo y le pones pasión encuentras momentos para todo. Yo compagino mi profesión como docente, con mi labor como madre y con mi rol de amiga. Hay épocas en las que no escribo nada y otras en las que escribo mucho. Hay que encontrar un poco el momento perfecto.
Sí que hay momentos que influyen. De hecho, siempre tengo en mente escribir una historia que transcurra en las aulas porque me han pasado tantas anécdotas que es inevitable que mi labor como docente no influya en mi escritura en algún momento.
P- ¿Qué le hizo elegir el seudónimo “Meraki”?
Meraki es una palabra de origen griego que significa “ponerle pasión a aquello que haces”. La primera novela que yo tengo publicada es con la editorial Click del Grupo Planeta. Cuando estábamos en todo el proceso de edición de la novela, mi editora me dijo que tenía unos apellidos muy comunes y que esto de cara al posicionamiento web y de cara a que la gente me encontrara no iba a ser fácil. Entonces teníamos dos opciones, o poner los dos apellidos o buscar un seudónimo. Cuando pensé lo del seudónimo me parecían todos ridículos. Los que yo imaginaba me daban vergüenza, pero ponerme el apellido Ibáñez tenía el hándicap de la “Ñ”, ya que en muchos países es un carácter poco incorporado. Al final estuve pensando y encontré este término “Meraki” que me pareció que encajaba muy bien con lo que hago.
P- Presenta su segunda novela “Entre bosques y montañas”, ¿qué fue lo que le inspiró a escribirla?
Lo que me ha inspirado ha sido mi etapa en el Pirineo. Como has dicho antes soy docente, he estado dos años trabajando en un pueblito muy pequeño del Pirineo aragonés y ha sido una experiencia preciosa que me ha hecho aprender muchísimo y de la que he sacado mucho aprendizaje. Desde el primer momento tuve claro que todo aquello que yo viví, esa humanidad que descubrí en la gente y esa forma de vivir rural en un pueblo perdido entre montañas tenía que plasmarlo de alguna manera. Entonces, aunque la trama no tiene nada que ver con lo que yo he vivido, ya que es ficción, el entorno sí que ha sido sacado de mi experiencia allí
P- ¿Podría contarnos un poco sobre ella?
La novela tiene una protagonista llamada Silvia. Es una joven de 23 años cuya madre falleció. Antes de fallecer le dejó un recado, recorrer cinco rincones del Pirineo en los que de alguna manera la iba a encontrar. Silvia no procesa muy bien todo esto mientras su madre está en el proceso de enfermedad, pero pasados unos meses rescata ese mensaje que le trasladó y decide dar un paso hacia adelante. Se muda a vivir a un pueblecito del Pirineo y allí, además de recorrer estos rincones, va a encontrar de alguna manera a su madre. También conoce a gente que le acompaña en este proceso y que supone una parte muy importante de la historia.
P- ¿Qué espera que los lectores se lleven de esta historia?
Espero que se lleven reflexiones bonitas, espero que se lleven un viaje a través de las letras y de la naturaleza, espero que se lleven buenos ratos y sonrisas. También espero que sepan valorar las pequeñas cosas que tenemos y sobre todo que vivan buenos momentos.
P- Su primera novela “Hay magia en el país del hielo” tuvo una buena acogida, ¿Influyó esta recepción en su proceso de escritura para la segunda novela?
Influye mucho porque me dio ganas de seguir escribiendo, pero al mismo tiempo también me mete más presión. Cuando no has escrito nada no puedes comparar tu primera creación con nada, pero cuando has escrito algo es diferente. Tienes las sensaciones de que la novela tiene que ser igual o mejor que la primera. Esa presión ha estado ahí en todo momento.
P- ¿Ha tenido algún momento de bloqueo creativo durante la escritura?
En mi caso no me ha pasado. Con estas dos novelas me ha venido la necesidad de tener que plasmar la idea que tenía en mi cabeza y ponerla sobre el papel. Ha sido muy fácil porque la he escrito relativamente en unos meses. La idea ya estaba tramada en mi cabeza y no he sentido ese bloqueo. Simplemente, cuando no tengo ideas no me obligo a escribir.
P-Por último, ¿tiene planes para futuros proyectos literarios?
Sí, como he adelantado antes es muy probable que mi siguiente proyecto literario sea una novela que transcurre entre las aulas. En ella, algún antiguo alumno o alumna se siente identificado por alguna anécdota. También tengo pendiente escribir la segunda parte de “Entre bosques y montañas”. En mi cabeza esta historia es una biología, de hecho, empecé esta segunda parte nada más acabar la primera para así poder seguir el mismo hilo en cuanto al estilo y no perder así la perspectiva. La he dejado reposar y cuando me sienta con ganas y con la idea clara la retomaré.