Casetas es un barrio que cuenta con muchas asociaciones como la de vecinos, en ocasiones formadas por personas voluntarias que enriquecen el tejido social y cultural de sus calles. Sin embargo, hace unos años, está perdiendo a sus jóvenes y a su vez hay menos movimiento cultural. Uno de los pocos espacios municipales que quedan es la Zona Joven.
Entrada a la Zona Joven de Casetas. Fuente: elaboración propia
La Zona Joven de Casetas es un pilar fundamental en el barrio, especialmente para los jóvenes. No solo es un espacio de ocio, sino un punto de encuentro y apoyo social. Se trata de un nexo entre diversas entidades del barrio para organizar actividades en halloween, carnaval o Navidad, y otras celebraciones comunitarias que fomentan el sentido de identidad y cohesión entre los vecinos. María Gómez, antigua trabajadora de la Zona Joven de Casetas y psicóloga, explica esta unión: “una persona voluntaria que pertenezca a la asociación de vecinos tiene sus propias ocupaciones y trabajo, esto lo hacen de forma altruista, y nosotros como trabajadores, somos facilitadores de crear tejido socio-comunitario, sobre todo en programación cultural”.
“Es imprescindible que este recurso exista en cualquier zona de la ciudad, pero mucho más en un barrio donde es muy difícil que la institución pública se acerque a los jóvenes y una forma que tiene de hacerlo es a través de las Zonas jóvenes, tanto la del instituto como la del barrio”, aclara la psicóloga.
Sin embargo, en los últimos años la falta de trabajo en red y un enfoque político más orientado al consumo está debilitando estas actividades, lo que amenaza con hacer desaparecer el fino tejido social que queda y que tantos años costó crear. Esto también supone “el desplazamiento de los jóvenes”, confiesa.
Lo que diferencia a esta Zona Joven es “su identidad”. Es una identidad muy auténtica. La gente se siente casetera porque al final es el lugar donde ha nacido, ha crecido, y tiene cosas que le vinculan.
Este recurso también es un lugar para hacer crecer esta identidad cada día, creando recursos y tejido social suficiente, para que los jóvenes permanezcan. “Este sentimiento de participación es crucial para el futuro de Casetas”, expone María. Durante mucho tiempo se han tejido redes que favorecían una positiva identidad local.
Aunque para María no ha sido siempre fácil trabajar en la casa de la juventud, cuenta que también ha sido muy gratificante. “He trabajado con mucha gente muy válida tanto compañeros de trabajo como personas del barrio que se esfuerzan muchísimo y ponen un montón de su tiempo para que el barrio tenga vida y cultura”, expresa.
-¿Todo esto me lo dices como psicóloga o educadora social?
-Como trabajadora. Como psicóloga te diría que en las ciudades ahora tan grandes en las que vivimos, este es un entorno esencial y seguro para los jóvenes donde se pueden expresar, encontrar un acompañamiento y derivarles a un sitio especializado si tienen un problema o facilitarles una formación específica o una interacción con iguales.
Como trabajadora te diría que las Zonas Jóvenes transforman sus entornos y crecen con ellos adaptándose a la realidad cambiante y cada vez más inmediata de nuestra juventud. En la de Casetas se ha trabajado con la Asociación de comercios, Scouts, Cáritas, Comisión de Cultura y una de fiestas, participando en el proceso de creación de una red de salud, en la mesa de infancia y otras colaboraciones, finaliza María.
“Si a los jóvenes les damos recursos para que se sientan bien en su barrio, no se van”
Pilar Gaspar fue la máxima representante de la Comisión de Cultura en el Ayuntamiento de Casetas desde el año 2012 al 2016 en los que trabajó de manera intensa. Durante estos años el barrio consiguió un gran crecimiento cultural en los que también impulsaron al Espacio Joven. “A nivel cultural estaba un poco parado y entonces con un grupo de personas preparamos actividades culturales para todas las edades, en especial los jóvenes,” afirma Gaspar.
Chavales usando la Sala Recreativa de la Zona Joven. Fuente: elaboración propia
La cooperación entre distintas entidades del barrio dio resultado y fueron años en los que la vida en las calles de Casetas aumentó. “Lo que quise en esos 4 años fue que todas las instituciones de Casetas: casa de juventud, ludoteca, biblioteca, hasta el centro de mayores, hiciéramos actividades conjuntas”, explica Gaspar.
Sin embargo, parece que el crecimiento de esos años se ha estancado. “Estamos perdiendo un poco ese valor de barrio porque incluir a los jóvenes como parte importante del barrio hace que te sientas involucrado en tus raíces”, afirma Gaspar.
Si los jóvenes tuviesen más oportunidades para participar en el barrio, sería diferente. “Lo de que la juventud no colabora en nada estoy absolutamente en contra. Cuando les propones actividades en las que ellos están motivados son los primeros en participar. Sucede que ahora no las hay, ni recursos, ni sitios de ocio”-expone-. “Si a los jóvenes les damos recursos para que se sientan bien en su barrio, no se van”, concluye.
Este recurso también es fundamental para los jóvenes porque ofrece un espacio cercano, de apoyo y acercamiento para formación laboral; o proyectos musicales y actividades socioculturales. Por ejemplo, la creación de una escuela de música fue posible gracias a este espacio. La artista Eva Amaral, del grupo Amaral, empezó su carrera musical en la casa juventud de Casetas tocando la batería junto con el casetero “El Gran Bob”.
Sala de música Zona Joven de Casetas. Fuente: elaboración propia
Un lugar que ofrece un punto de conexión con otras zonas y centros de la ciudad. Actividades como el Feel the Musicen el que participan cientos de bailarines o la Liga Joven que mueve a miles de adolescentes desde una institución pública para jugar a vóley, baloncesto etc., permiten que cada año chicos y chicas participen y se relacionen en eventos a gran escala.
Proyecto pionero en Europa desde 1987
Las casas de juventud cambiaron su nombre por el de Zonas Jóvenes hace casi tres años porque desde Juventud querían unificar estos centros junto con el de los PIEEs (Proyecto de Integración de Espacios Escolares). En Zaragoza existen 28 Zonas Jóvenes, que incluyen estas casas de juventud y PIEEs. Pueden acudir los y las jóvenes de entre 12 y 30 años y esta red de equipamientos se coordina desde el Servicio de Juventud.
Zaragoza es la ciudad que cuenta con más casas, pero cada una es única según el barrio en el que esté integrada. Roberto Polo, alcalde de Casetas desde 2003 hasta 2012, narra cómo este recurso fue clave para impulsar proyectos en el barrio de los que hoy algunos continúan. “Esta zona no es solo de ocio y formación sino también de gestión de proyectos”, afirma el exalcalde. A lo largo de su alcaldía Roberto cooperó con María en muchas iniciativas. Una de ellas fue para que hiciesen una programación joven de fiestas en el barrio: “alquilamos unas carpas para crear un espacio para los jóvenes”, expone Roberto.
Estas conexiones son las que han hecho que el barrio prospere y crezca culturalmente. “Sería una barbaridad que cerrase la zona joven porque sería la pérdida de un gran recurso ya que es un lugar de referencia. Puedes encontrar un primer contacto con el barrio, chavales que están más descolgados o que no tienen grandes recursos económicos”, explica Polo.
José Luis Román fue el siguiente alcalde de 2012 a 2016. Durante su mandato también colaboró con la Zona Joven en proyectos e impulsó grupos de música como la batucada. “Estuvimos apoyando todo el tema de la Generación, uno de los proyectos estrella que tenía la Zona Joven. José Luis confiesa que intentaron impulsar cualquier iniciativa que tenía la casa pero que había un problema “desde Zaragoza no nos apoyaban», -aclara Román-. “Luchábamos más que nada contra los funcionarios, no tenemos libertad para hacer las cosas. A lo mejor lanzar más políticas de determinados temas es la solución”.
Román también coincide en que los chavales quieren participar en el crecimiento de Casetas, pero que “hay que escucharles” y tenderles “un camino”. Casetas es un barrio rural a 14 km de Zaragoza cuya población joven representa el 19,60% de la población. Román afirma que “en Casetas hay suficientes personas para hacer muchos proyectos”.
Para terminar José Luis confiesa que es difícil financiar espacios como estos y en muchas ocasiones no consiguieron sacar proyectos porque no recibieron la ayuda necesaria de otras entidades. Al final lo más importante es una cooperación interna y “poner de verdad las iniciativas en marcha. Cualquier iniciativa que surja tú la apoyas”, finaliza.
Zona Joven de Casetas: en busca de una revitalización
Raquel, usuaria de la Zona Joven de Casetas, tiene 12 años y afirma que “no sabe qué haría sin la casa”. Acostumbra a venir cada tarde y jugar a juegos de mesa o al ping- pong. Además, cuenta que ahora que llega el invierno, tiene un espacio al que acudir y no pasar frío porque si no “lo único que haría sería estar en casa.”
Yaiza, trabajadora de la Zona Joven desde hace unos meses, dice que con este trabajo ha encontrado su vocación. Cuenta que es un espacio para que “los jóvenes creen comunidad y tengan un crecimiento personal”. Ella habla todos los días con chavales que acuden a este recurso y afirma que “es el único lugar seguro que tienen para hablar”. Además de ser un lugar de tiempo libre “somos un soporte esencial para los chavales, sin este servicio se sentirían más desamparados”, confiesa.
Yaiza trabajando en la Zona de los Trabajadores. Fuente: elaboración propia
Espe es una vecina del barrio que lleva trabajando toda la vida en la ludoteca de Casetas. Piensa que el barrio ya no es como antes, que está “apagado” y que los jóvenes ya no pasan tanto tiempo en Casetas y se van a Zaragoza. “Se está perdiendo el crecimiento del barrio”, confiesa.
Los jóvenes prefieren el espacio joven de Malpica, al lado de Casetas, porque está “ubicado” en frente de un parque y es más “acogedor” y “nuevo”, cuenta Espe. “Es un espacio necesario pero que tiene que adaptarse a la realidad de los jóvenes que no es la misma que hace 30 años”, concluye.
Una solución ante esta situación podría ser crear un espacio más modernizado. La asociación “Muévete en escena” ha impulsado el proyecto de crear un nuevo espacio en “La Harinera”, antigua fábrica para hacer harina en el barrio, que ya está en marcha y prevé abrir en 2025. Tiene dos fases: una fase es la recuperación del espacio de fábrica y otra crear un sótano para hacer conciertos y traspasar espacios como la Zona Joven de Casetas y utilizarlo para ocio cultural y juvenil.
Casetas, un barrio que, aunque tuvo un gran crecimiento con espacios como la Zona Joven, hoy necesita reinventarse más que nunca.
Autora: Nazaret Parrilla
