Cuando reflexionamos acerca de quién podría ser el primer escritor de la historia nos viene a la mente la imagen de un hombre, probablemente procedente de la Grecia arcaica o clásica, rodeado de un séquito de aprendices en un ágora. No obstante, esa idea no es correcta. La escritura, y con ella la historia, nace en Sumer, región de la antigua Mesopotamia, cerca del IV milenio a.C con la aparición del Estado y la necesidad de dejar un registro de las tareas administrativas.
El primer “autor” conocido tardará un poco en llegar. Sargón de Akkad usurpará el trono de Kish y creará el primer imperio de la historia: El imperio acadio, que empezará con él en el año 2350 a.C y terminará con su nieto Naram-Sin en el 2200 a.C. Este monarca tendrá una hija, la princesa Enheduanna. Será encomendada por su padre como suma sacerdotisa de la diosa Nannar en Ur (Irak) y compondrá 42 himnos religiosos como la “Exaltación de Inanna”, siendo la primera escritora cuya autoría tenemos constancia: “Que se sepa que eres noble como los cielos! ¡Que se sepa que eres tan grande como la tierra! ¡Que se sepa que destruyes las tierras rebeldes! ¡Que se sepa que ruges en tierras forasteras! ¡Que se sepa que aplastas cabezas! ¡Que se sepa que devoras cadáveres como un perro! ¡Que se sepa que tu mirada es terrible!”
Antes de la aparición de Enheduanna, había habido producción literaria en Mesopotamia. Durante el periodo anterior, finales del siglo IV y principios del siglo III a.C aparecen obras como el “Poema de Gilgamesh”. A la vez que la autora escribe sus poemas, Egipto está atravesando una crisis a todos los niveles, lo que se ve reflejado en sus letras. Para poder soportar el pesimismo generalizado de la sociedad egipcia, surgen nuevas formas literarias como la elegía (lamentación fúnebre por el orden desaparecido) y novedosos “movimientos” en este tipo de arte como las tendencias suicidas, el disfrute intenso de la vida y el construir un sentido através de la acción propia. Actitudes que hoy llamaríamos en “pesimistas”, “hedonistas” o “absurdistas” y “estoicas”. Entre estas creaciones nos encontramos “El monólogo del desesperado con su ba”, “El canto del arpista” y la “Autobiografía de Hety I”.
No obstante, poseemos restos literarios ya del imperio antiguo, etapa anterior de la historia del Antiguo Egipto que abarca desde el 2675 hasta el 2350 a.C, que ponen en duda algunas creencias como la vida después de la muerte y optan por vivir el momento. También es muy relevante la literatura funeraria religiosa debido a la importancia que los egipcios le dotaban a la existencia tras la muerte.
Moviéndonos a Asia, la primera escritura documentada en esa zona data del II milenio a.C. Pertenece a la cultura Shang, asentados a las orillas del río amarillo y está relacionada con la magia y los oráculos.
Finalmente, cerca del siglo VIII a.C aparecen los primeros autores griegos, Homero y Hesíodo con el famoso género literario de la “épica griega”. Sus obras de referencia serán los poemas homéricos, “La Ilíada” y “La Odisea” y «La Teogonía” de Hesíodo. Estos poemas son testimonio de la cultura oral y pretenden reflejar y enseñar valores como el honor, la valentía y la ética agonista.
Por si alguna vez te habías cuestionado desde hace cuánto tiempo nos acompaña la literatura, aquí tienes la respuesta: La escritura cómo tal nace en Sumer y la princesa Enheduanna es la primera “autor” conocida de la historia de la literatura.