Autora: Victoria Cazcarro Forcadell
“Mientras escribe el poema que le hará ganar el premio Nobel, un novelista que se considera poco creativo se hace miembro de una secta secreta”. Esta fue una de las premisas que se crearon al azar en la conferencia de Jorge Gonzalvo “El botón mágico de la lectura”. Es el coordinador de Atrapavientos, una organización zaragozana especializada en el fomento de la literatura infantil y juvenil con 14 años de trayectoria. La charla, organizada por la Asociación Aragonesa de Amigos del Libro, tuvo lugar el 16 de abril en la Biblioteca de Aragón.
Tras estos años de talleres y proyectos, Gonzalvo comparte sus observaciones: “Lo que nos ha enseñado la gente, sobre todo la gente joven, es que la escritura creativa es un arma poderosísima para fomentar la lectura”. Explicó el déficit de los sistemas educativos ya que fomentan la lectura, pero no la escritura, aunque menciono que está tendencia está empezando a cambiar. El ponente explicó la relación entre ambas: “Cuando alguien está interesado en aprender en contar historias, lee más porque se pregunta continuamente como escriben las personas que más admiran”.
Uno de sus talleres de escritura creativa es La asombrosa máquina de hacer historias que consiste en crear premisas de manera aleatoria eligiendo al azar un detonante, un personaje y un conflicto. Empezaron usando bolsas de papel, que fue evolucionando hasta ser finalmente la máquina electrónica. “Es el taller inicial que debería hacer alguien antes de iniciar algún proceso de escritura creativa porque entienden que es la premisa de una historia y cómo funciona”, explicó el coordinador. Desentraño el funcionamiento detrás de la máquina: “En cada viaje que hacemos, se va alimentando de las premisas que escribe la gente. Para nosotros esta es la auténtica Inteligencia Artificial de Atrapavientos”.
Gonzalvo compartió con su audiencia las respuestas de algunos participantes en sus talleres ante la pregunta “¿Qué significa escribir para ti?”. Relató las historias de diversos jóvenes y de cómo la escritura influyó positivamente en sus vidas. En sus manos, un lápiz y un papel se emplean para dar rienda suelta a la imaginación, para evadirse del mundo real o como un altavoz de sus vivencias. “Gracias a las historias podemos empoderar a los jóvenes —explicó Gonzalvo —. Conseguimos que se acepten mejor y se recoloquen en el mundo”.
Atrapalibros ha trabajado la escritura creativa, unas de las claves que suelen funcionar para fomentar la lectura. Sin embargo, Gonzalvo recordó que no es una ciencia exacta: “No funciona lo mismo en cada lector, no hay una estrategia infalible que funcione siempre”. Citó a Daniel Pennac (que no a Jorge Luis Borges) con su frase “El verbo leer no soporta el imperativo” de su libro Como una novela. Gonzalvo destacó la idea de que hay que asociar la lectura al placer, la curiosidad y la diversión.
Desde la organización, Gonzalo destacó la forma de trabajar: “Nos gusta generar complicidad desde el principio y damos un espacio de protagonismo siempre a los participantes. Sobre todo, buscamos que la gente se sienta en una situación segura y confortable”. Estos rasgos han estado presentes a lo largo de los 14 años de vida de la organización. El coordinador explica que apoyan los proyectos ajenos: “Atrapavientos cuando se entera de que otra organización, asociación o colectivo hace otra actividad de fomento de la lectura chula, no solo nos alegramos, sino que le intentamos apoyar.”
Tras un truco de magia, una afortunada espectadora se pudo llevar una edición de La Metamorfosis de Kafka. En mayo, Gonzalvo viajará a México, Honduras y Costa Rica para continuar la labor de Atrapavientos de fomento de la lectura y escritura al otro lado del charco.