Autor: Jesús Rodríguez Aina.
Los videojuegos pueden ser una gran herramienta para fomentar la educación al incluir al alumno en el proceso de aprendizaje de una forma activa.
La mayoría de las personas conciben los videojuegos como un mero divertimento, pues esta faceta es la más explotada por las empresas y la más extendida en la sociedad. Pero las características propias de los videojuegos, que incluyen al jugador activamente en el devenir de la acción, hacen de este medio una gran baza para fomentar el aprendizaje de una manera divertida. Además, permiten desarrollar las aptitudes necesarias para el ejercicio de diferentes profesiones.
Los videojuegos que se focalizan más en la faceta educativa reciben el nombre de serious games (juegos serios). La clave de estos videojuegos es la metodología mediante la que se transmiten los conocimientos. A diferencia de una clase o un libro, el alumno es partícipe activo del proceso de aprendizaje a través del juego. Este método de enseñanza recibe el nombre de game-based learning (educación basada en los juegos). Este sistema es muy versátil: puede instruir tanto a un niño como a un futuro médico.
Metodología innovadora
La creación de un serious game es un proceso que requiere de una gran creatividad y talento, así como tiempo y dinero. El desarrollo de estos videojuegos se realiza en torno al concepto de gamificación. Esto hace referencia a las mecánicas internas que componen el videojuego enfocadas a la creación de una experiencia motivadora. Porque jugar por sí solo puede no ser todo lo efectivo que cabría esperar sin los incentivos pertinentes. Los serious games emplean clasificaciones o rankings para fomentar la competitividad sana entre los compañeros de clase, además de recompensas dentro del propio videojuego que motiven al alumno a continuar con su enseñanza.
En un aula con 20 personas y un solo profesor, es completamente imposible que el estudiantado reciba una atención personalizada. Por ello, una de las cualidades diferenciadoras de los serious games frente a otros métodos de aprendizaje es, precisamente, el feedback inmediato e individualizado que recibe el pupilo. No solo incluye a los métodos de gamificación previamente descritos, sino también a una explicación detallada de los fallos que ha cometido cada jugador. Si el estudiante sabe en qué ha fallado exactamente, es más probable que comprenda su error y pueda enmendarlo la próxima vez que se enfrente a ese problema.
Es probable que haya tanto profesores como padres que sean más reticentes a aplicar una metodología de enseñanza que integre los serious games. A la desconfianza hacia un nuevo modus operandi, se suma el desembolso económico que implica la compra del hardware y software necesarios para implementar este modelo. A pesar de ello, los serious games han llegado para quedarse. Su aplicación en diferentes ámbitos supone una perfecta herramienta para poner en práctica y asentar los conocimientos previamente adquiridos. Veamos algunos ejemplos de serious games.
Juegos para cualquier situación
Dragon Box Elements es un videojuego enfocado a niños a partir de 9 años. Los pequeños tienen que defender la isla de Euclides del malvado dragón Osgard; para lo cual tendrán que formar un ejército resolviendo puzles basados en la geometría y en los teoremas del propio Euclides. De esta manera, los pequeños se familiarizarán poco a poco con estas figuras e interiorizarán las características de las mismas.
Pero los serious games no tienen por qué estar dirigidos solo a los niños. Merchants es un videojuego que nos transporta a la Venecia del siglo XV. El estudiante encarna a Carlo Vecchio, un comerciante que ansía convertirse en el mercader más importante de la época. Merchants es un simulador de negociaciones en el que el alumno se enfrentará a 6 situaciones en las que tendrá que volcar sus habilidades de negociación, comunicación y resolución de conflictos.
Por último, y aunque no es considerado un serious game, Duolingo es una aplicación para aprender idiomas que tiene integradas funciones propias de la gamificación. La app ofrece recompensas cada vez que superas ciertos retos, y genera un ranking que permite comparar tu progreso con el de tus conocidos.
La tecnología es la clave
En los inicios de los videojuegos las limitaciones del hardware dibujaban un horizonte claro entre lo que se podía y lo que no se podía hacer. En la actualidad la increíble tecnología de la que disponemos permite llevar a cabo casi todos los proyectos imaginados, abriendo así una infinidad de posibilidades para crear e innovar en todas las áreas de la industria del videojuego. Los serious games aprovechan esta mejora tecnológica para ofrecer una nueva vía de enseñanza con unas características únicas, que formará a los profesionales del futuro y les capacitará todavía mejor para enfrentarse a los retos del mundo mañana.
Editores: Pilar Arruebo Pérez y Miguel A. Esteban