Autora: Pilar Arruebo Pérez
Los tatuajes están hoy de moda. Nos permiten llevar en la piel increíbles diseños que nos recuerdan momentos felices, personas que queremos… Pero ¿qué tal un tatuaje que, además de adornarnos la piel, detecte cuando algo no está bien en nuestro cuerpo?
Actualmente, la diabetes afecta a casi 500 millones de personas. Esta enfermedad impide que el cuerpo pueda controlar los niveles de glucosa en sangre. Las personas diabéticas saben el cansancio que implica tener que medir de forma constante sus niveles de glucosa y mantenerlos en límites aceptables: estrictas dietas, “pinchazos»…. El cuidado debe ser riguroso. De lo contrario, los niveles de glucosa pueden descontrolarse produciendo hiperglucemia o, cuando se toma insulina, hipoglucemia. Ambas posibilidades son muy peligrosas.
Por ello, en los últimos años se han desarrollado tecnologías para ayudar a hacer más llevadera esta enfermedad, como aplicaciones móviles, relojes o pulseras inteligentes. Todas ellas pensadas para gestionar el día a día de los pacientes con diabetes. El Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) y la Escuela de Medicina de Harvard han diseñado una forma diferente de controlar esta enfermedad, los tatuajes.
BIOTECNOLOGÍA Y TATUAJES: THE DERMAL ABYSS
El avance de las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) ha facilitado el monitoreo de nuestros hábitos saludables: ejercicio físico, bajar de peso, controlar las pulsaciones, medir los niveles de colesterol y de citocinas… Las nuevas tecnologías están revolucionando nuestra forma de vida. Sin embargo, encontrar el dispositivo de salud adecuado puede llegar a ser una labor difícil y no exenta tampoco de riesgos. Hay que tener en cuenta la dependencia de muchos factores externos: cargadores, adaptadores de corriente, conexión wifi, almacenamiento digital, aceptación de términos de uso con condiciones abusivos, políticas de privacidad de datos invasivas, protección contra el hackeo…
Como opción diferente a los dispositivos móviles, el proyecto bautizado The Dermal Abyss se basa en la creación de una tinta biológica que contiene biosensores, cuyo uso no depende de ningún instrumento externo. Estos nanodispositivos son capaces de averiguar e indicar si existe algún cambio en la concentración de iones de sodio, glucosa y pH de nuestra piel. Cuando lo detectan, cambian de color. Si los niveles de azúcar suben, la tinta cambia de azul a marrón. Por el contrario, si el PH se eleva, la tinta cambia de rosa a morado. Sin duda, estos tatuajes son una gran alternativa a los tradicionales “pinchazos”.
Toda una novedad y un importante avance tecnológico que se anunció ya el año 2017. El proyecto estadounidense es un ejemplo más de las ventajas que ofrecen los rastreadores de salud. No necesita cables, no depende de la conexión a internet, no sobreexpone nuestros datos personales… Entonces ¿por qué no es algo que estemos acostumbrados a ver? ¿Qué ha sucedido con el proyecto? ¿Ha fallado algo?
ACTUALIDAD Y EXPECTATIVAS
DermalAbyss fue un proyecto de investigación de prueba de concepto en etapa inicial, que ya ha finalizado. El camino de una prueba de concepto a un prototipo funcional requiere muchas fases de desarrollo. En la actualidad, no hay planes para desarrollar DermalAbyss como producto ni para realizar ensayos clínicos. Sin embargo, el Instituto Tecnológico de Massachussets no descarta futuras líneas de investigación basadas en el estudio. Los tatuajes con tinta biológica se probaron en pieles de animales, obteniendo resultados satisfactorios. Cuando esta tinta pueda incorporarse a nuestra piel, será un gran avance. Un monitoreo constante de la diabetes facilitará el día a día de todos aquellos que la padecen.
A pesar de ello, el lanzamiento del proyecto DermalAbyss fue recibido con un nivel inesperado de interés y compromiso por parte del público. Las redes sociales más populares y muchos diarios digitales se hicieron eco de la noticia. Tal y como asegura el MIT, el proyecto recibió una abrumadora cantidad de consultas de forma continuada. Gran parte de ellas a través de la plataforma Twitter, pero también a través de YouTube. ¿Conseguirá la biotecnología llegar hasta nuestra piel en un futuro próximo?
