Autora: María Melús Sierra.
La integración del mundo físico y virtual mediante tecnologías de realidad aumentada toma impulso en la nueva normalidad causada por la pandemia de COVID-19. Los probadores virtuales son un claro ejemplo, un recurso práctico y seguro para clientes y comerciantes.
Muchos sectores han resultado afectados por la gran crisis sanitaria que sacude el planeta desde hace casi un año. El sector textil es uno de los más perjudicados, por el cierre masivo de establecimientos durante el confinamiento. La mejor solución frente a esto: reinventarse.
Las actuales medidas sanitarias establecen que todas las prendas tienen que ser desinfectadas adecuadamente, e incluso pasar una cuarentena, antes de volver a ser expuestas al público. A esto se suma el miedo de los clientes a probarse la ropa en tienda. En este contexto los probadores virtuales pueden ayudar reanudar la vida “cotidiana” de muchos comercios lo antes posible, garantizando la comodidad y la seguridad de los clientes
PROBADORES VIRTUALES EN TIENDAS
La realidad aumentada consiste en añadir a una imagen del mundo real capas de información visual mediante un dispositivo tecnológico que las combina para su visualización en tiempo real. Esto enriquece nuestra experiencia visual y permite la prueba virtual de productos como gafas, ropa o calzado. Esta tecnología comenzó a desarrollarse antes de la pandemia, pensada sobre todo para el comercio electrónico.
La marca de zapatos Callaghan ya instauró su primer probador virtual en el año 2016, desarrollado por el Centro Tecnológico de Calzado de la Rioja. Una fantástica apuesta, que permitía al comprador verse reflejado gracias a una serie de sensores que le ofrecían la posibilidad de probarse zapatos, incluso los modelos que no estaban en la tienda, sin necesidad de tocarlos.
La firma catalana Mango lanzó en 2018 su prueba piloto de los probadores virtuales. Una propuesta muy cómoda para los clientes, que podían conocer toda la información del producto, escaneando la prenda en el espejo. Desde el probador podían pedir otra talla, otro color o incluso otra prenda que conjuntara con la seleccionada.
PROBADORES VIRTUALES EN LA NUBE
La empresa Fitle fue pionera el año 2014 en el desarrollo de escáneres personales para aumentar la precisión del tallaje. Fitle ofrecía a sus usuarios la opción de descargase una aplicación y someterse a través de ella a un escáner de su cuerpo, garantizando una precisión de morfología de casi el 100%. Pero ahora, las propuestas, van más allá del mero asunto de la precisión del tallaje.
El último lanzamiento ha sido propuesto por la consultora tecnológica británica EY. Lo único que necesitamos para probarnos la ropa virtualmente es un móvil con batería y ¡listo! El sistema del probador virtual, se encarga de crear un avatar del usuario, a través de un escaneo de su silueta durante 40 segundos. El avatar en 3D del cliente se guardará en la nube y en el móvil del usuario, quien desde ese momento podrá comenzar a ver cómo le quedarían las prendas que selecciona en el mostrador virtual.
Las redes sociales se han hecho eco de esta iniciativa bajo el hashtag #probadoresvirtuales. Firmas líderes de la venta online como Zalando están promocionando esta experiencia tan innovadora a través de Twitter o Instagram. Como resultado, el apoyo de todos sus seguidores, que se muestran deseosos de probar esta última iniciativa tecnológica. Zalando ha adquirido este mes la compañía tecnológica suiza Fision con el objetivo de potenciar la investigación y el desarrollo de probadores virtuales.
Los probadores virtuales permitirán al comercio electrónico de ropa y calzado superar uno de sus principales frenos en la conquista del mercado. Pero las tiendas físicas también pueden encontrar en esta tecnología un aliado para retener clientes por el plus de modernidad que transmiten y la seguridad sanitaria que garantizan, aunque supongan la transformación de las tiendas de antaño.
Se puede ver esta innovación como algo extraño y futurista, pero nos encontramos en un momento en el que todo lo que nos rodea es raro. Salimos a la calle con mascarillas, llenamos nuestras manos de gel hidroalcohólico, guardamos distancia con cualquier persona, tenemos que salir de nuestra ciudad con un motivo justificado. Nada de esto es habitual para nosotros, y cuando todo resulta extraño probar cosas nuevas es mucho más fácil. ¿Por qué no aprovechar este momento para incorporar nuevas tecnologías que nos hagan la vida más cómoda y segura?
Edición: Miguel Ángel Esteban.