Mafia y poder van de la mano en esta nueva temporada. Rodríguez y Cobos optan por una dosis de acción y aventuras, además de la adecuada reflexión que hacen sobre el desclasamiento
Tras la marcha de Mateo al Nuevo Mundo para reencontrase consigo mismo, este recibe una carta de Teresa que le pide que vuelva a Sevilla ya que La Garduña quiere asesinar a Valerio. Así comienza la segunda temporada, que aporta mucha más luminosidad en la fotografía aunque la realidad sea más oscura y negra que en la primera.
Han pasado cinco años desde que desapareció la peste pero ahora hay otra epidemia: la corrupción. Las relaciones de poder entre La Garduña, el hampa sevillana, y el cabildo son el principal foco de la serie. Para Pontecorvo, el nuevo asistente de la ciudad de Sevilla, el fin justifica los medios y así lo demuestra a lo largo de los episodios. Su único objetivo es llegar a ser el valido del rey y si con eso hay que acabar con La Garduña, se hace, aunque no sea por el bien común de la ciudad. Sin embargo, sin la ayuda de su mujer (que podríamos decir que es su asesora política) y de Mateo, no sería nadie.
El otro conflicto que se desarrolla es el desclasamiento: se puede apreciar en las mujeres pobres que se ven obligadas a ejercer la prostitución para sobrevivir pues la sociedad de la época las rechazaba. Teresa Pinelo, interpretada por Patricia López Arnáiz (Ondas 2018 por La otra mirada), se convierte en un personaje imprescindible dispuesto a reaccionar y a luchar para cambiar esta situación; representa la indignación de la mujer en el S. XVI. Con los derechos que poseía debido a su clase social y la ayuda de Valerio y Mateo, consigue enviar a las prostitutas, pertenecientes a La Garduña, a Nuevo Mundo para que empiecen libres una nueva vida. Esta trama es la que genera más acción a lo largo de los capítulos.
En esta temporada de La Peste el trabajo de fotografía es impecable y muy superior al de la primera ya que hay mucha más luminosidad. En cuanto a la ambientación, los decorados y el attrezzo son más relevantes porque refuerzan la credibilidad de los personajes. Optan por localizaciones como el monasterio de Utrera, donde la reconstrucción de la miseria y la gloria de la Sevilla del XVI se llevan a cabo de forma adecuada.
A pesar de la situación de la mujer en el S. XVI, la representación femenina es la más relevante de la serie. Los diálogos de ellas con los demás personajes ya no son de sumisión, como en la anterior temporada, sino que son de poder, de lucha y de acción. Es decir, hay una evolución a modo de denuncia social. Así lo quiere mostrar el director Alberto Rodríguez (Goya 2014 por La isla mínima y Goya 2016 por El hombre de las mil caras) con el personaje de María de la O, la líder de La Garduña, y Teresa Pinelo. Sin embargo, el personaje de Valerio está desdibujado (al igual que el de Mateo), ha salido de su zona de confort, la noche, y ha perdido toda su esencia. Ya no son personajes misteriosos, hemos descubierto sus historias y no tienen evolución. Sin embargo, hay que destacar el papel de Baeza, que va cogiendo peso a lo largo de los capítulos. Representa la lealtad de su clase, es consciente de que es pobre y defiende a los suyos aun pudiéndoles traicionar debido a su relación con los nobles.
La evolución sobre el desclasamiento es clave para los personajes de María de la O y Teresa Pinelo. La transformación que van sufriendo es importante: María de la O en la primera temporada era una lavandera pobre y en esta asciende de clase a costa de la corrupción, convirtiéndose en la líder de La Garduña. Por su parte, Teresa Pinelo, que era una viuda adinerada, desciende de clase por luchar por la igualdad de sexos y clases. Estos dos personajes son los que más han cambiado a lo largo de los episodios y han llevado el protagonismo en toda la temporada. Dicho cambio queda reflejado en el diseño de vestuario y maquillaje de Teresa (determinante para la construcción del personaje); así, su vestido va evolucionando a la par que la propia serie, comienza la temporada luciendo un naranja brillante acorde con su clase social y la finaliza con un ocre que representa el descenso de clase que ha sufrido.
En conclusión, la temporada 2 de La Peste está mucho mejor desarrollada que la primera ya que tiene tramas más interesantes como las relaciones de poder entre el cabildo y el hampa sevillana, la lucha de las prostitutas por convertirse en mujeres libres o la evolución de los vínculos entre Teresa, Mateo y Valerio. Sin embargo, la esencia sigue siendo la misma: una desigualdad de clases que hace que algunos personajes, como Teresa, opten por ayudar a los más pobres. La serie muestra una Sevilla llena de miserias, a pesar de que se encontraba dentro del Siglo de Oro español, en el que La Garduña no estaba protegida por la calle, sino por los que mandaban de verdad: los nobles.
Título: La Peste
Temporada: 2
Creador guion de la serie: Rafael Cobos, José Rodríguez Suárez, Isabel Peña
Directores destacados de capítulos: Alberto Rodríguez (Goya 2014 por La isla mínima y Goya 2016 por El hombre de las mil caras) capítulo 1.
Actores principales: Pablo Molinero, Patricia López Arnáiz (Ondas 2018 por La otra mirada), Sergio Castellanos, Federico Aguado, Estefanía de los Santos y Jesús Carroza (Goya 2005 por 7 vírgenes).
Número de capítulos: 6
Duración de cada capítulo: 45 minutos
Plataforma o canal de exhibición: Movistar plus
–
Autora: Lucía Boned
Editora: Alba Francés
Redactora jefe de la sección: Andrea Aragón
